viernes, 11 de marzo de 2016

Educación, Instrucción, Cultura: Las Tres Gracias y cómo conseguirlas


  Le Tre Grazie. Rafael Sanzio (1504-1505).

Los tres títulos o aspectos de una misma ciencia, arte y metafísica o filosofía, arriba mencionados, no son iguales o idénticos, aunque tienen ciertos elementos en común y sobre todo se complementan o debieran complementarse para ser efectivos y eficientes en un sentido integral y feliz, ya que el Todo está detrás de las interactivas e interpenetrantes mecánicas universales que tienen por norma, regla y causa común incluir cuantas posibilidades sean factibles y darnos un abanico de probabilidades, por cuanto no es el Mal sino el Bien el Poder Supremo. Creer lo contrario es locura.

Educación no es tanto información como procedimientos, protocolos, costumbres y modos de ser y de operación social  que generalmente proceden de épocas o etapas previas históricamente hablando a la que uno una está viviendo porque educación no es otra cosa que herencia, linaje, transmisión, memoria. Una persona para ser educada o bien educada necesita que se le enseñen ciertas reglas o leyes formales que ya han sido practicadas anteriormente (inventadas o reinventadas súbitamente por inspiración). Esta enseñanza es más efectiva cuando la persona está en la infancia y en la juventud porque entonces es más flexible, su ser o alma está más fresca y esponjosa o más alejado un cierto dolor y sufrimiento, tanto su espíritu como su mente están menos congestionados, contaminados, viciados, obnubilados, y por tanto aprende más rápidamente lo crucial. Es más susceptible que le caigan en su sedimento espiritual y mental buenas semillas e instintos que podrían germinar y fructificar eventualmente, pero sólo si la persona se esfuerza y persevera disciplinada y metódicamente, porque todo en la vida es práctica, experiencia, tesón, abocación y dedicación. Por otra parte, la educación, sobre todo la buena, es algo que no cesa nunca en el mejor de los casos a menos que la persona se cierre, se ciegue, su orgullo y vanidad le impidan corregirse, mejorar, ablandar sus fijezas psicológicas, flexibilizarse y pulir su piedra bruta, como dicen masones y rosacruces. Pues hay que entender y aceptar con humildad que todos y todas nacemos un poco desviados y torcidos: nos rodean virus, parásitos, bacterias, un cúmulo de microorganismos patógenos presentes en el aire y el agua que absorbemos y esto no es sólo una particularidad local sino intrínsicamente espacial, cósmica, que cada ser debe enfrentar y tiene que lidiar y sobrellevar en lo posible. La lucha no solamente por la existencia sino por la trascendencia es inevitable. Eso es lo que nos ilustra el cuadro de Rafael de Las Tres Gracias: para comer la manzana de la concordia y no de la discordia hay que despertar, interactivarse, interpenetrarse, intercomunicarse, el Universo es la suma de las partes en armonía, sabiduría, belleza, concentración, buen gusto y fuerza.

Para que una sociedad sea educada ha debido o debe ser instruida por consiguiente por personas más capacitadas que uno o una en alguna ciencia y arte por lo menos, a través de mayores jerárquicamente hablando más evolucionados, instruidos y cultivados que el rango mediano, común y corriente. A nivel general la importancia de la instrucción es vital, clave, fundamental, porque sin ella no hay evolución ni historia. Instrucción es conocimiento primero que nada, también información y memoria colectiva. Significa que lo que se vaya a impartir servirá para que la persona progrese, deje de estar bloqueada por traumas, frustraciones, enemistades, obstáculos, equis, a nivel mental e intelectual, moral, físico, biológico, incluso genético y sexual y esté en capacidad de aprender, quiera hacerlo, saber algo nuevo, ignoto, al que no ha sido aún expuesto o expuesta. Y esto es primordial para que tengamos una idea circular, espiraloide, gradual, progresiva, fílmica, musical, elemental, de la vida y el universo. Al ser instruidos e instruidas debidamente, es decir, práctica y filosóficamente, tendemos a ser más abiertos y comprensivos, tener más recursos y posibilidades. y vemos que las limitaciones, fronteras, linderos inexorables nos los fabricamos a menudo nosotros mismos porque tendemos a ver muros alrededor de nosotros que suponemos no pueden y jamás serán sobrepasados o anulados, reciclados y transformados por nosotros y nosotras. Este modo malo, debilitador, de pensar y sentir es parte del mundo de la ilusión y el autoengaño, tan nefasto como perturbador, derrotador y peligroso. porque nos convertimos en suicidas, psicóticos, enfermos, seres nulos,  poco creativos, cuando debiéramos ser todo lo contrario: saber con fe y certeza que siempre hay una salida, una alternativa. La Naturaleza siempre da opciones, nos lo demuestra invariablemente; pero los humanos tendemos a dormirnos y dejamos escapar auxilios y oportunidades por una razón u otra. Nadie está exento de pérdidas, escapes de energía y luchas.

Finalmente, Cultura es sabiduría, maestría, gobierno de cuanto se nos dio cuando comenzamos a ser educados en casa y la escuela o bien educados mejor todavía por la envolvente Madre Naturaleza cuando nos dieron ciertas claves y señales que nos ayudarían en un momento dado para que fuéramos más felices, nos realizáramos más y mejor y nos diésemos cuenta que debíamos o debemos aprender a ser mejores por fuera y por dentro al pisar un templo de sabiduría (que los hay por doquier, si estamos despiertos y despiertas, porque los sodichos templos, iglesias, santuarios, son parte del Todo de la Vida, en su aspecto más sagrado y santo, sito en cuatro direcciones). Cultura es en esencia cultivo, cuido, fuego, amor, continuidad, articulación, ejercitación, dirección, representa la corona de la excelencia que viene a través de la buena educación y la buena instrucción sobre las verdades que nos rodean en todos los sentidos. Cultura es integridad, íntegral, cual número entero y real, cierre del círculo urobórico, que representa nuestro paso por la vida y esta tercera pata de la Forma microcósmica que cada quien representa forma parte de la Gran Forma Arquetípica que corresponde a la Divinidad-Una y simboliza el aspecto más importante, la Llama del esquema acerca de las Tres Gracias porque Cultura representa cadena, enlace, éter, asimismo. Una labor de más de un día, mes, año, siglo, milenio, millón de años y existencias. Requiere alquimia, tiempo, dominarnos más, conceptualizar y dirigir bien una virtud, un conocimiento, una receta de protocolos y procedimientos que nos pusieron por delante por una razón u otra, y a veces nos cuesta entender y aceptar a nivel local, sectorial e interdimensionalmente.

Educación, Instrucción, Cultura, deben ir parejas o sincronizarse lo más posible, sus velocidades deben tomarse en cuenta progresiva y lúcidamente. Los seres más geniales, iluminados y adelantados, transitan estas Grandes Vías y las combinan intensamente lo más posible porque, como ya expliqué, se complementan, una necesita de la otra, son tres las Gracias que grandes civilizaciones se esforzaron en honrar con más o menos éxito. Educación es por donde todo comienza porque el elemento agua y el elemento aire, a través de la Luna, Venus y Mercurio, lo simbolizan principalmente. Instrucción lo representa el elemento tierra, por medio de Saturno, Júpiter, Marte y Sol, porque es cuando el agricultor, metalmecánico, ingeniero, arquitecto, astrofísico, brujo o astrólogo, profesor y médico, etc, emanados de la sociedad, nos enseñan los rudimentos que nos ayudan a madurar, ser conocedores de la materia y actuar como profesionales del vivir, disfrutar, formular, producir y reproducir. Finalmente, Cultura, por medio de Urano, Neptuno, Plutón, Baco-Transplutón, Nibiru, los 2 Nodos Lunares e innumerables Estrellas Fijas nos demuestran que al tener en mano las llaves, libros, manuales, códices, códigos, números, tonos, aromas y colores necesarios y esenciales, podemos avanzar y sellar lo que hayamos recibido e implementar, usar debidamente, comunicar, compartir y llevar a cabo con los demás el Trabajo cósmico, por más o menos importante o simbólico que sean, cuanto nos depara el Destino. Nada ni nadie está solo, en una isla en medio del cosmos. El deber de toda persona es ser parte de un todo, de la mejor manera posible, en armonía, dicha, alegría y fuerza. La sabiduría es poder y conocimiento. Consiste, entre otras cosas, en fluir dulce y suavemente, con las corrientes que mecen a los astros y sus individualidades, cual pez en el agua, sin perder la calma, sin histerias y pánico.

Todo lo señalado y expuesto acá no es extenso. Resumo con unas cuantas frases, ideas, términos, montañas de archivos, documentos, estudios, compendios y experiencias de muchas horas de Sabios Mayores sumados a ejemplos y descripciones de áreas magnéticamente privilegiadas, monumentos, santuarios y reliquias en muchas edades y eras en diversas partes del planeta y otras esferas celestes. El objetivo de la vida es alcanzar la Maestría o un cierto aspecto de la Maestría General porque alcanzar la Totalidad es vanidad, desmesurado orgullo, patraña, estancarse y caer en la ridiculez. Las existencias y los diversos aspectos de la Generación y la Reproducción son canales, facilidades, herramientas, útiles, que nos proporciona Dios para conocerlo más y mejor siendo Dios una Infinitud o Infinidad de átomos y fotones, una Abstracción y Concreción a la vez de cuanto representa el Ser Superior, Todopoderoso, Omniabarcante, Omnisciente. Si así es cómo se bate el cobre, a través de la cooperación entre elementales, humanos y divinidades se puede conversar, tener por delante a Dios y regocijarnos al estar en sintonía, en línea con Él-Ella, unidos y solidarios unos con otros a nuestro nivel y con Dios de donde todo procede y adonde todo va. La fase cultural o Fase Corazón nos proporciona este alumbramiento, entendimiento y comunión intensa que nos lleva a la Tierra de Gracia a sentarnos a la derecha del Gran Creador-Creadora y abrazarnos fraternalmente. No es solo anecdótico o simbólico cuanto describo sino que forma parte de una realidad trascendental, polifacética, multidimensional. El gran Rafael encontró una imagen apropiada, ideal, para describirla y detallarla. La Trinidad es un hermoso fractal que se desdobla y deja ver su aspecto caleidoscópico. No la inventaron los cristianos, hace parte de una ecuación, teoría, teorema, hallazgo ideocientífico y artístico ancestral; por tanto es espiritual, ético, un ejemplo de vida profunda a todos los niveles. Considerando que la maldad no es ni infinita ni todopoderosa para combatirla, ponerla a raya, los Iluminados y las Iluminadas al servicio del Bien y la Justicia Universal han ido proyectando la imagen trinitaria durante eones. La manzana no se escogió al azar, por trivialidad o bobería. Podría haber sido un higo, una piña, un dátil, otra fruta sagrada, phiana, muy popular, amén de erótica. La fruta es el zinc-carbono de la pila eléctrica que integramos.
Caracas, 10-11 de marzo de 2016