Cosas estremecedoras, diría que
sísmicas e inquietantes, comenzaron a pasar en mí después de mi secuestro
express el 5 de marzo de 2014, acaecido una mañana en Caracas, que terminó
bien, milagrosa e inusualmente, aunque el mismo ha resultado ser devastador, perturbador,
y sigue persiguiendo y taladrando mi ser de modos ciertamente desconcertantes: en
la vida los campos vibracionales se interpenetran, nada es entera, realmente
lineal, sino concéntrico, coincidente y confluyente, en tiempos variables y
oscilantes, a ratos inesperados, igual al campo visual del ojo que recoje toda
suerte de impresiones y paralelismos en segundos. Tanto he pensado en lo que me
sucedió de imprevisto, rápida y violentamente, tocándome las entrañas, la
médula de los huesos, que el maelstrøm
o moskstraumen provocó que me fijara en un hecho magnificado a la potencia-n,
insano y criminal en esencia, que le ha tocado y está tocando experimentar a
millones de seres haciéndolos sufrir horrores pues hay muchas maneras de
secuestrar, ocultar, dañar, intimidar, herir, matar y eliminar físicamente. Ahora
sé por experiencia porqué existe este dolor y sufrimiento, porqué esta maldad seguirá
su cometido sin pausa y la razón por la cual desestabilizará a millones de individuos,
hogares y países: hace mucho tiempo que una mafia oculta, siniestra, organizada
y apertrechada, con redes en todo el planeta y fuera de él tiene la intención
de apoderarse del control del planeta y sacarlo fuera de órbita o hacer que
explote, como pasó con el planeta Maldék. Hay hechiceros y hechiceras del bajo
astral que siguen adorando y perpetuando la guerra de titanes, dioses y diosas,
los imperios del desastre y el odio.
Creo, ahora más que nunca, y lo
corroboré el año 2013, que lo que podría acabar, o acabará sin duda con la
Humanidad, será la delincuencia, el delito, en todos sus aspectos -como la
violación, infracción, culpa, transgresión, fechoría, prevaricación, ofensa,
atentado, asesinato, tortura, asalto, soborno, mentira, disimulo, falsedad y agresión
en todas sus modalidades y dimensiones. Los efectos se ven a leguas, palpablemente,
en la política, la economía, la religión, la salud, la cultura, el armamentismo.
Las hordas del Mal, al servicio de las bajas pasiones de Marte, Saturno y
Plutón o Urano, astrológicamente hablando, del Terror y el Espanto en todas sus
variaciones y denominaciones, están hoy, gracias a la cibernética y la
informática más libres que nunca y nos acechan, tratan de masacrarnos,
aniquilarnos, atomizarnos, pulverizarnos, volvernos blancos visibles y
confundirnos sin impunidad, se sirven de la magia negra, las correspondencias
astrales, para destruir, arruinar, corromper. La Humanidad tiene muchos
dolientes y son contados los que no están infectados por el SIDA de la
abominación y el engaño, incluso nuestros hijos, nuestras hijas, no escapan
lamentablemente y se infectan. Son cadáveres ambulantes, neveras bípedas sin
compasión que gesticulan y no nos desean el bien. Hablo en serio. Me sonrojo de
tanto engaño. Lo veo en Venezuela, convertida en una de las naciones más violentas
e irracionales, en Honduras, Haití, Colombia, Brasil, EE.UU., Ucrania, Rumanía,
Rusia, Afganistán, Paquistán, la República Centroafricana (ex Congo francés),
la República Democrática del Congo (ex Congo belga), Ruanda, Biafra, China, Siria,
ad nauseam. Pareciera, salvo
excepciones, que los dos continentes que hace millones de años estaban unidos
(América y Áfrika) sean los más violentos hoy, los más ricos en recursos
naturales renovables y no renovables y los que han causado gran parte de los
destrozos en los últimos milenios aunque Europa y Oriente Próximo hayan
instigado, urdido y liderizado innumerables conflictos bélicos y comerciales.
¿Por qué? Porque la esclavitud y el terrorismo han sido y siguen siendo la
práctica perfecta para humillar, rebajar o apabullar a quien se odia, resiente,
envidia o cree inferior por prejuicios necios e injustos la mayor parte de las
veces.
Que no se crea que la
delincuencia nació, por ejemplo, en la Chicago de Al Capone, Dillinger, Baby
Face Nelson. Ni mucho menos. Roma, Asiria, Babilonia, Egipto, el Medioevo
europeo, estuvieron plagados de crímenes, aberraciones, perfidias, traiciones y
vendettas. El problema es antiguo y visceral,
si no vitriólico y vidrioso. Yo diría que arrancó en la Noche de los Tiempos,
en épocas anteriores a Moloch y Belial por dar una referencia histórica. El
problema es que a estas alturas el género humano sigue lesionado, roto, fracturado
a nivel planetario porque está fracturado internamente, a nivel de su conciencia,
corazón, cerebro, espíritu; no ha podido aún armonizar, integrar, combinar
satisfactoriamente las distintas partes cósmicas con que fue creado, moldeado, conjurado,
millones de años atrás por los Progenitores. Sigue actuando a tientas como si
no hubiera realmente avanzado desde la Protohistoria cuando era insecto, animal,
planta carnívora, elemental en pugna con otros elementales de la Madre
Naturaleza. No hemos logrado superar nuestras diferencias y desigualdades
biológicas, anatómicas, anímicas, atómicas. Estamos en guerra permanente con
nosotros mismos y con la Divinidad. La condición humana está en peligro porque
una gran multitud de personas (¡cerca de 7 mil millones!) está más que nunca
bajo el influjo del vasto poder del Mal o Desorden, generado desde fuera del
planeta por los Raptores insaciables. Seguimos siendo muy influenciados
psicológica y psíquicamente por los poderes establecidos en otros mundos que
siguen queriendo aprovecharse de nuestros recursos naturales y nuestra desunión
general. Lo creo de veras y lo palpo a diario, cuando veo y oigo la tele,
compruebo lo que anima e hipnotiza a nuestros jóvenes y estudio cómo se viste y
come, leo la prensa, oigo las canciones y los temas musicales, ausculto el
pulso de la Tierra y de mi país tan horadado y herido hace siglos. En verdad
que me estoy poniendo muy pesimista. No será fácil que los terrícolas alcancen
el Reino de los Cielos o de Dios de manera inequívoca. No lo veo nada fácil.
¿Cómo podrá la gente escapar y emanciparse, salvar sus almas, si a sus adorados
conductores y líderes no les interesa realmente la vida, dicha y bienestar del
prójimo y no saben inculcarnos los preceptos más fundamentales, los 10
Mandamientos de Moisés? Hay que ser poco realista, muy iluso e irracional para
no darse cuenta que la violencia que se está desatando está destruyendo cada
vez más a las masas, las pocas inteligencias lúcidas y creativas, los nobles y
los esclarecidos, los pacifistas y los amantes de corazón, las buenas
costumbres y modales señoriales.
Cada vez más vamos hacia una
uniformación y univisión de la cultura y el conocimiento y esta uniformidad
está matando la inspiración, la genialidad, el descubrimiento, la capacidad de
soñar creativamente, la amistad, la solidaridad, el amor y la ternura. Cada vez
más los humanos se comunican menos entre sí, se buscan y necesitan verdaderamente,
se aman y respetan, incluso se acompañan y refuerzan en los momentos negros,
tristes. Sus ciudades se deshumanizan, afean, tornan inaccesibles, menos
serviciales, suaves, armónicas, soportan menos la polución, dejan de integrarse
con los demás reinos de la Madre Naturaleza porque cada vez pierde más los
medios, las herramientas, los conocimientos prácticos y sutiles y deja de entablar
una convivencia que la suelte. Cada vez se nota más incomprensión, cacofonía, distorsión
en ellas, aunque aún hayan arquitectos, urbanistas, ingenieros y gobernantes
que luchan en contra de la deshumanización y la nulidad avasallante que quiere
destruirlo y arrasarlo todo, cual incendio mayúsculo que no respeta ni se para
ante nada, sólo quema, carboniza, desaparece toda cosa viva y bonita, nuestros
propios pensamientos, sentimientos, cuerpos y almas. La inteligencia de la
Naturaleza se torna destructiva cuando no se le tiene amor y veneración. Nada
sucede sin causa. El macrocosmos y el microcosmos interactúan, son pareja, se
necesitan el uno al otro, porque a fin de cuentas nuestros Progenitores nos
formatearon millones de años ha para que pudiéramos sintetizar y unir lo
externo y lo interno, la Gran Causa con nuestras causas muy pequeñitas y
circunscritas. Pero hay que tomar consciencia.
Si no nos rebelamos,
pereceremos todos y todas, devorados por la delincuencia, el mal de vida, el
mal de alma, el llanto interminable, que no construye, porque es víctima de una
Hidra de mil cabezas a la que no le interesa, excita o cree en algo distinto
que no sea exterminar y canibalizar. Por eso es muy importante que se sepa bien
qué significa el término"revolución" porque todas las revoluciones
terminan muy mal, todas ensagrentan la tierra, ponen todo otra vez en cero o
patas arriba. Como un desierto. Nada queda en pie pues todo lo que existía o
era antes fue barrido por completo. ¿Es lo que desea la Humanidad? ¿Regresar a
como era todo al principio de la Historia, sin tradiciones de ningún tipo, sin
libros y manuales, sin escuelas y liceos, sin arte, sin nada, devenir de nuevo
troglodita, sin fuego, masticando trozos de carne cruda, oliendo a cadáver?
Dios nos libre de los dictadores, desde Julio César hasta Pinochet y Castro.
Mejor evolucionar, renovarse, refrescarse, resucitar de entre los muertos y las
muertas, ascender a un plano superior, el Efecto Mesías, tan poco entendido porque
ha sido tan puteado y chuleado por la mafia de los tiempos ignorantes, por granujas
y ladrones de energías, según Nietzsche y Miller.
Lo más notorio, inmediato, y
en muchos casos dramático, espectacular e inolvidable, que ataca las neuronas,
neurotransmisores, sensores, células y moléculas de la memoria, son las
películas y documentales y como hoy día éstos nos penetran en números
considerables ellos instalan la violencia, el terrorismo y la fuerza bruta sin
parangón en millones de hogares simultáneamente. Entonces es posible presenciar
el grado de fijación y degradación mental, moral y estética de los cineastas
así como las fuentes de poder endemoniado en manos de los ejércitos de
productores, directores, camarógrafos, actores, actrices y escritores que se
asocian cada vez más con millones de espectadores que piden a gritos y pitos,
reclaman, ruegan, insisten por ver, oir y entretenerse cada vez más con
historias y escenas criminales, sádicas, feroces, enajenadas, sin sentido,
donde pasa de todo excepto una brisa de sanidad mental y emocional. Por
supuesto esta brutalidad y degeneración termina afectando a millones de
personas y las desquicia e idiotiza tarde o temprano, las hace presas de
dictadores, demagogos, déspotas y tiranos de derecha e izquierda. Es fácil
explicarse entonces porqué los líderes de masas y los pueblos acaban mal y las
cosas no se entienden y pacifican. Es imposible llegar a términos reales pues
el Caos, el Mal, lo tiene casi todo controlado y es con mucha pena que constatamos
porqué Cuba y Corea del Norte pueden tener gobiernos que ponen a padecer a
pueblos postrados que viven en condiciones deprimentes cada vez más sórdidas.
No puede ser de otra manera. Pienso que tal como lo analizaba a mis 19 ó 20
años la Tierra va derechito al infierno a menos que una pila de milagros,
prodigios, portentos y maravillas nos saquen del accidente y las lunas rojas de
sangre dejen de presentarse y sean portadoras de malos o buenos augurios según
la óptica que se utilice. La luna llena roja que se vio hace unas horas en gran
parte de las Américas sólo puede anunciarnos que pueda que nos caigan encima
días muy aciagos en un futuro no lejano. ¿Correrá la sangre por nuestras
ciudades, cordilleras y costas? Espero que la calamidad sea la menor posible y
que las gentes de buena voluntad se unan, quieran, perdonen, resistan los
embates y se convenzan más que nunca de su fuerza interna si la ponen a prueba.
Dios nos agarre confesados y confesadas, en estado de gracia, luz y buena salud.
Lo que viene será candela, burundanga y candanga, si no nos inmunizamos contra
la peste roja y nos libramos de la ignorancia y la estulticia. El cielo está
lleno de señales. Estudiémoslas. Esto lo predije más de 40 años atrás, en El Pulso de mi Tierra, y más de 50 años
atrás, en El Orgasmo de Dios, y en
mis otras obras escritas e impresiones artísticas que sigo fabricando pero que
aún pocas personas se dignan conocer y meditar. Acá la charanga se baila pase
lo que pase. Sigamos.
Caracas, 16 de abril de 2014