Favor vincular esta entrada con la anterior que no se pudo incluir por razones de diagramación imposibles de superar. Gracias de antemano. A continuación, extractos del Libro de Los Proverbios de Salomón.
Título y finalidad
de la obra.
1:1 Proverbios de Salomón, hijo de David,
rey de Israel, 1:2 para conocer la sabiduría y la instrucción, para
entender las palabras profundas,
1:3 para obtener una instrucción
esmerada —justicia, equidad y rectitud—
1:4 para dar perspicacia a los
incautos, y al joven, ciencia y reflexión;
1:6 para entender los
proverbios y las sentencias agudas, las palabras de los sabios y sus enigmas.
1:5
Que escuche el sabio, y acrecentará su saber, y el inteligente adquirirá el
arte de dirigir.
1:7 El temor del Señor es el comienzo de la sabiduría,
los necios desprecian la sabiduría y la instrucción.
ELOGIO Y RECOMENDACIÓN DE
LA SABIDURÍA
Advertencia preliminar.
1:8
Escucha, hijo mío, la instrucción de tu padre y no rechaces la enseñanza de tu
madre,
1:9 porque son una diadema de gracia para tu cabeza y un collar
para tu cuello.
El llamado de la Sabiduría.
8:1 ¿No está llamando la Sabiduría y no hace oír su voz la Inteligencia?
8:2 En las cumbres más altas que bordean el camino, apostada en el cruce de los senderos,
8:3 al lado de las puertas, a la entrada de la ciudad, en los lugares de acceso, ella dice en alta voz: 8:4 "A ustedes, hombres, yo los llamo, y mi voz se dirige a los seres humanos.
8:5 Entiendan, incautos, qué es la perspicacia; entiendan, necios, qué es la sensatez.
8:6 Escuchen: es muy importante lo que voy a decir, mis labios se abren para expresar lo que es recto.
8:7 Sí, mi boca profiere la verdad, la maldad es una abominación para mis labios.
8:8 Todas mis palabras son conformes a la justicia, no hay en ellas nada retorcido o sinuoso;
8:9 todas son exactas para el que sabe entender y rectas para los que han hallado la ciencia.
8:10 Adquieran mi instrucción, no la plata, y la ciencia más que el oro acrisolado.
8:11 Porque la Sabiduría vale más que las perlas, y nada apetecible se le puede igualar".
Los tesoros de la Sabiduría.
8:12 Yo, la Sabiduría, habito con la prudencia y poseo la ciencia de la reflexión.
8:13 El temor del Señor es detestar el mal: yo detesto la soberbia, el orgullo, la mala conducta y la boca perversa.
8:14 A mí me pertenecen el consejo y la habilidad, yo soy la inteligencia, mío es el poder.
8:15 Por mí reinan los reyes y los soberanos decretan la justicia;
8:16 por mí gobiernan los príncipes y los nobles juzgan la tierra.
8:17 Yo amo a los que me aman y los que me buscan ardientemente, me encontrarán.
8:18 Conmigo están la riqueza y la gloria, los bienes perdurables y la justicia.
8:19 Mi fruto vale más que el oro, que el oro fino, y rindo más que la plata acrisolada.
8:20 Yo voy por el sendero de la justicia, en medio de las sendas de la equidad,
8:21 para repartir posesiones a los que me aman y para colmar sus tesoros.
La Sabiduría en la creación.
8:22 El Señor me creó como primicia de sus caminos, antes de sus obras, desde siempre.
8:23 Yo fui formada desde la eternidad, desde el comienzo, antes de los orígenes de la tierra.
8:24 Yo nací cuando no existían los abismos, cuando no había fuentes de aguas caudalosas.
8:25 Antes que fueran cimentadas las montañas, antes que las colinas, yo nací,
8:26 cuando él no había hecho aún la tierra ni los espacios ni los primeros elementos del mundo.
8:27 Cuando él afianzaba el cielo, yo estaba allí; cuando trazaba el horizonte sobre el océano,
8:28 cuando condensaba las nubes en lo alto, cuando infundía poder a las fuentes del océano, 8:29 cuando fijaba su límite al mar para que las aguas no transgredieran sus bordes,
cuando afirmaba los cimientos de la tierra,
8:30 yo estaba a su lado como un hijo querido y lo deleitaba día tras día, recreándome delante de él en todo tiempo,
8:31 recreándome sobre la faz de la tierra, y mi delicia era estar con los hijos de los hombres.
Felicidad del que encuentra la Sabiduría.
8:32 Y ahora, hijos, escúchenme:¡felices los que observan mis caminos!
8:33 Escuchen la instrucción y sean sabios: ¡no la descuiden!
8:34 ¡Feliz el hombre que me escucha, velando a mis puertas día tras día y vigilando a la entrada de mi casa!
8:35 Porque el que me encuentra ha encontrado la vida y ha obtenido el favor del Señor;
8:36 pero el que peca contra mí se hace daño a sí mismo y todos los que me odian, aman la muerte.
Fuente: http://www.vicariadepastoral.org.mx/sagrada_escritura/biblia/antiguo_testamento/43_proverbios_01.htm#cap1