¡Qué mantequilla, a bordo del Atlas 37-11 el Nefilim
Cabezón de Barranquilla despega de Tasmania hacia la Luna! Obra del Autor. Caracas. 2013.
Mansas
y visionarias así debieran ser varias futuras cabezas de la Sociedad del Amanecer
Dorado
para
que abran caminos que lleguen hasta el Sol y más allá del sistema solar incluso
el supergaláctico
que
ocupamos hace varios miles de millones de años
hombres
y mujeres mansas y visionarias amén de proféticas y señeras individualidades telepsíquicas
quienes
tras hundir sus sienes perpendiculares y parpadeantes
en volúmenes
de Historia Geología Astropolítica Botánica Biología Física Cuántica Noética
Jazz
se dieron
cuenta de la altura de un Schubert un Berlioz un Puccini un Britten y dos Curie
moldeando
sus existencias en las magistrales partituras de los clásicos y románticos
seguidores
de Santa Cecilia de Roma y Santa Catalina de Alejandría
-una
mi tía de Río y la otra mi granmamá de Caracas-
que
tanto le dieron a la cultura planetaria que al menos les debe un lote de oro y
plata o de curio.
Mansos y visionarios
dilectos
filósofos y hechiceros
honorables
hasta el alma y la coronilla
así
debieran ser los cráneos que lideren la nueva Sociedad que no sé si veré de pie
o acostado
pero
algún día será
de
eso estoy seguro como cuando chirría un ave al ver a otro de su especie
y
aunque se procesen aún algunas que otras batallas científicas y semánticas
llegaremos
a establecer más temprano que tarde
una
nueva Sinfonía Heroica un nuevo Rondó que estremezca y acomode a las naciones
y
las ponga a valer como nunca antes y más temprano que tarde
porque
lo escrito sobre las paredes iluminadas por cohetes y fuegos artificiales
no
se podrá borrar pues se inscribirá en los corazones y las frentes de los
humanos
que
de tanto llenarse de escombros y carbones encendidos
muy
poco acaramelados
comprenderán
que si quieren lucirse y destacarse
deberán
tener líderes mansos y visionarios que los guíen hacia las estrellas del
porvenir.
Esto
que escribo hoy pero pensando en el ayer y en el mucho antes del eón pasado de
moda
no
lo deletreo y enumero por razones superfluas o sin relevancia
lo
hago sabiendo que un nuevo templo y tiempo deberán darse más temprano que tarde
para
que se cumplan los mandatos y las instrucciones de los mayores en metafísica
o patafísica
al estilo de Jarry y Cagliostro
que
pusieron en sus logias lo mejor que pudieron rescatar de la tierra nilótica y
gala
y en
un abrir y cerrar de ojos italianizaron a Mendelssohn el genial gato félix germano.
Nunca
me cansaré de elogiar a mis amados compositores y artistas musicales vestidos
de gala
si
no fuera por ellos no hubiera cruzado esa puerta y hecho ese trayecto de
espinas con tantos recovecos que me ha costado tantas penas y meditaciones y obligado
a guardar una buena dosis
de
amaranto y esperanto monoatómicos. Me oigo a Brahms alzando en el Rolle de Le
Rosey sus instrumentos melifluos que manejaba con aplomo y destreza. Hasta aquí
llega la franca telepatía.