Es
el mediodía del 13 de noviembre de 2012
y no
me gusta lo que estoy sintiendo
¿será
porque se juntaron varios códigos numéricos y astrales?
¿por
el choque de vibraciones como de civilizaciones y continentes
que
a la fecha de hoy cubrirá al orbe
con
una camisa de fuerza?
Me
está comenzando a doler un poco la cabeza
el
cielo está encapotado
como
si fuera a caer una tormenta
que
no me gusta para nada.
Tengo
frío.
Hoy
pienso que una cuarentena psicográfica de Benjamín Solari Parravicini
donde
aparecen tres lunas semicortadas van a tomar cuerpo próximamente y sucederse en
3 fases.
Muchas
cosas van a interrumpirse y remover y precipitarse serialmente
no
se podrán parar hasta que haya pasado el brollo que ya está tocando
la
cúpula de los Estados Unidos de América de un modo inesperado.
Sucederán
tres fases lunáticas y a partir de este eclipse solar en novilunio y Libra
sideral
el
Destructor se va a vislumbrar y espero que el Pacífico no se salga del carril
y su
agua volcánica simbólica no se precipite allende porque son tres las grandes
naciones
que
costean este gran océano lemuriano y presiento que de aquí saldrá el sol negro
que
una vez predije a comienzos de los ’60 en el siglo XX
aparecería
sobre el lomo de un camello intoxicado por fumar tantos cigarrillos.
No
quiero equivocarme y dejarme llevar por mis premoniciones
pero
este 13 de noviembre me resulta antipático
y
los mayas piramidales me podrían dar la razón.
Habría
que interrogar el código que delineé y deletreé en una postal que iluminé este año.
Ojalá
el Sol salga de nuevo y cure nuestras heridas y silencie nuestras quejas y
lamentos.
Lleguen
los transportes celestes. Se calmen los ánimos de quienes hacen la guerra
como
Rusia-USA-China que ansían apoderarse del Nuevo Orden Mundial
que
no será como lo hilvanan los 3 poderes de la Tierra reunidos en la Bolsa de Moloch
en Londres
sino
que será una melodía exopolítica que dejará al mundo anonadado y paralizado
durante
tres días y tres noches por lo menos para comenzar
hasta
que el Salvador del Mundo o la Superconciencia de Aurobindo Ghosh le quite al Destructor
la
muleta roja que lo tiene loco de rabia
y no
le deja ver el ruedo y escuchar el aire de las estrellas. ¡Olé!