Ås.År=Usir=Osiris=Orión. Señor Verdegay. Vínculo. Primogénito. Semental.
Antepasado atlante. Chivo expiatorio. Arquetipo solar. Te he amado siempre y te
conozco de atrás pá lante.
En estos Tiempos debes renacer y despuntar. De nuevo
estamos en ascuas, confundidos, no creemos en nada. Set acecha. Eso mismo anoté
en 1964, en en mi querida Marruecos, en Tánger, no tan lejos de donde llegaste
a Tamanar y sus alrededores hecho cadáver y huyendo del derrumbe de la madre
patria junto con tus familiares y seguidores. Todos estos nombres con la raíz
TA son de origen atlante. Por eso me llamo TAKRA (aquí sin acentos).
Para
nosotros y nosotras TAURO es sacrosanto y ORION,
la FUENTE de tus iones. Resucita de nuevo, hombre, que tu Leona no te desamparará.
Monsieur Albert Slosman avait raison. Merçi, mon vieux!
En lenguaje jeroglífico, esta tierra desaparecida era conocida como Ahâ-Men-Ptah, o “Primogénito-Durmiente-de-Dios”, denominación que experimentó posteriormente una contracción en el conjunto de textos que conforman el denominado -impropiamente, según Slosman- Libro de los Muertos: El Amenta. El nombre, sin embargo, continuaba evocando el significado original de “País de los Muertos”, “País de los Bienaventurados”, y “País del Más Allá”.
Por su parte, los sucesivos monarcas de este continente fueron, tradicionalmente, los Ptah-Ahâ, cuyo significado, en la lengua jeroglífica, es el de “Primogénito-de-Dios” puesto que, en efecto, todos los reyes descendían por línea directa del primer Hijo de Dios, es decir, el Primogénito.
Siempre siguiendo la traducción e interpretación de Slosman, tendríamos que Ahâ se pronuncia Ahan y que Ptah también se escribe Phtah, de su fonetización en lengua griega, en la que la letra pi se convierte en phi (fi), por lo que Phtah-Ahan fue fonetizado “Faraón”, que de Primogénito-de-Dios pasó a ser “Hijo-de-Dios”.
Y de la misma manera se explicaría el que Ath-Kâ-Ptah (Segundo-Corazón-de-Dios) se convirtiera, en la fonetización griega, en Aegyptus, Egipto para nosotros.”
María Régulo Rodríguez Fuente: http://historia-antigua.com/egipto/albert-slosman/
Ahora bien, esto del nombre atlante y luego egipcio-nilótico, Ahâ, me recuerda de inmediato el nombre maya Ahau, Ajaw o Ahaw, que significa “señor”, “dirigente”, “jefe”, “rey”, “lìder” (Enciclopedia Wikipedia). Para mí los dos términos son iguales, significan lo mismo. Acordémosnos que la Atlántida estaba en medio del Océano Atlántico y antes de hundirse hacia 9792 antes de Cristo la élite salió disparada hacia América, África, Europa y Oriente (Próximo y Extremo). “Señor” es el que tiene y maneja las señas, los símbolos, las luces de tránsito o semáforos, las guías de la convivencia. Y el Primogénito es, sino el primero de la familia consanguínea, el primero del grupo, el que manda, jefatura, da las órdenes, señala el camino. Eso mismo era Usir u Osiris, luego Hor o Horus, su hijo, y de allí en adelante los Faraones y las Faraonas que reinaron en las riberas del río Nilo para bien o para mal, excelentemente o mediocremente. La Iniciación no es una cosa estática, invariable, no sujeta a vaivenes y altibajos, logros y errores, y con el paso del tiempo se puede descarrilar, degradar y corromper si los Elegidos y las Elegidas no están a la altura. El Derecho Divino, el Reino del Sol, la Luna y las Estrellas tiene que ganarse pulso a pulso, con esfuerzo, sacrificio, amor, templanza, nobleza y fundamento. Los desafíos son enormes y no siempre se puede vencer, ganar y mantener la paz, el progreso y la armonía. Hasta el momento coincido con Slosman que el año 2016 será apocalíptico. Él lo marca como el año en que el Sol entrará en el signo o la constelación de Acuario. Pero yo no lo veo así. En 2016 Neptuno llegará a 15º de Acuario sideral por supuesto. Ese es el Grado del Ángel y por encontrarse ahí es posible que se desencadene una monstruosidad de lluvias, humedades, calores, y los casquetes polares y glaciares se derritan como nunca antes en nuestra historia reciente. No me extrañaría que poco después se pueda revertir el geomagnetismo y suceda lo que se ha vaticinado en numerosas ocasiones: el desplazamiento de los polos geográficos y magnéticos a zonas hoy tórridas. La década 2011-2010 es crucial. Por lo tanto ni en el 2012 ni en el 2013 será el Fin del Mundo. Tampoco sucederá a partir del 2016. Viene una Era de Luz y Resplandor pero también una Gran Purga y Reconstrucción. Ya nuestros Hermanos y nuestras Hermanas lo han reptido hasta la saciedad de mil y una formas. Pero el terrícola es demasiado obstinado y arrogante…
El signo o glifo maya Ahau, cuyo nombre aparece reiteradamente en mis escritos, al lado de la palabra “Sol”, es una cara, fácil de reconocer. Aquí la represento de tres modos distintos bastante parejos. De los razgos de la cara la boca y los labios me parecen los más prominentes como dando a entender cuán importante es la palabra, el verbo, la comunicación. Transmitir el conocimiento y lo que se quiere y debe hacer es pues un asunto vital, importantísimo, clave, fundamental. La palabra, pasada de boca a oído, es una función divina y creadora que los Maestros y las Maestras nos legaron y con razón para que brilláramos, nos civilizáramos e interrelacionáramos. “El título Ahau también le fue concedido a la casta sacerdotal maya. Es el nombre del vigésimo día del calendario ritual de los mayas”.
Ansolrâ Ptâhremka 18 de julio del 2012