Los desconocidos Grados Ultra del Rito Escocés Antiguo y Aceptado 3

Transmisión. A partir de la desaparición del poeta Jean Cocteau en 1963 su sucesor, otro Juan, sintió y decidió, con el consentimiento de la Alta Jerarquía, que había llegado el momento de darle a la Orden de Caballería una vuelta a la manera de la svástika y la sauvástika en sincronía con el cuadro pintado en el cielo por la Osa Mayor, que simula un Carro, Carruaje o Carromato tzigano, el cual, según los Antiguos, no es otro que el de Osiris, pues había que poner en marcha un nuevo ritmo y armonía, dar un giro y meterse por un trayecto que condujera a un objetivo diferente e innovador. Tal cosa se decidió en París, en el otoño de 1963, entre paroxismos místicos, amatorios yliterarios, acompañados de intensas y trascendentales revelaciones, al morir Cocteau (1889-1963), y aunque su sucesor nunca lo conoció en persona hubo algo que los reunió en el astral, a través del arte y las ondas hertzianas telepáticas y paralelas, que en la terminología psicoanalítica se conoce como «el remo de las afinidades entre almas hipersensibles» que hace que personas que no se conozcan en lo físico pero con un destino compartido o ligado pasen por situaciones paralelas o parejas y se encuentren en una ciudad luminosa mismo si cada uno a su manera vive su proceso ditirámbico u órfico o muere en el transcurso de él.

Fue en París que surgió Orfeo Blas. Y no por casualidad. Eso lo atestigua Sérpulas Rebounded. El 19 de octubre de 1963, apenas 8 días tras fallecer Cocteau, el corredor le pasó el testigo a su sucesor. En otras palabras, el nautonnier o piloto y almirante del barco “Sión” le cedió el paso al vicealmirante, el futuro piloto del trasatlántico o paquebot que ahora tendría como nombre, “La Nueva Sión”. El anuncio del traspaso se hizo formalmente el 20 de agosto, en el Hotel des Académies, en Montparnasse, poco antes de desencarnar el poeta, novelista, dramaturgo, pintor, diseñador, crítico, cineasta y académico francés, último Gran Maestre del Priorato de Sión (sin Plantard), cuyas películas, obras literarias y teatrales sobre el mito de Orfeo, que Cocteau manejó a sabiendas, seguramente debieron inspirar a Marcel Camus, el guionista de la coproducción brasilera-francesa-italiana, Orfeo Negro (1959), un film que no se olvida, dramático, poético, el cual me impactó hondamente por la temática, buena actuación y buena música. Sin embargo, Europa, y París de paso, a pesar de su indiscutible encanto, gran poder de atracción y maravillosa disposición para hacer de la vida una inagotable fuente de posibilidades y oportunidades a todos los niveles, no podía seguir siendo por razones históricas y cíclicas el centro de luz iniciática (que heredó de Egipto en tiempos de Jesús y María Magdalena, Roma, las dinastías galo-franco-merovingia-carolingia-flordelisadas, el legado templario, borbónico, napoleónico, impresionista, museístico, moderno) y por lo tanto el bastón del emperador debía cruzar el océano y desplazarse hacia el Nuevo Mundo, en tierras salvajes, enredadas e hirsutas en comparación. Tomaría un tiempo bastante largo (37 años) para que el mensaje comenzara a calar y se discerniera paulatinamente la nueva tierra negra que albergaría a una nueva Sofía o Hagia Sophia, una reencauchada Virgen Negra, Morena o Cobriza, como cantó el rey Salomón en su tiempo, que le daría el okey para que plantaran las nuevas semillas Triple AAA y retoñara el sebucán. Para realizarlo había que reformular las Tres Vías conexas de la Iniciación, Iluminación y Sacralización, y el nuevo nautonnier debía esposarse con una mujer de la casta sagrada isíaco-magdalena, descendiente de Yavanna, Inanna, Raquel, y descartar con humildad cualquier impedimento y distracción, aguardando, soportando colas y humillaciones y, de ser necesario, sacrificándose en cuerpo, alma y espíritu por el bien de su país y el género humano. Justamente eso es lo que ha estado sucediendo desde 1963 ya que fundar contra viento y marea una nueva tierra y reunir adeptos que amen, entiendan y guarden la vid no es cosa de poca monta y faena de pocos minutos. Son muchas las voces en contra, muchas las interrupciones, muchas las iniciativas frustradas que estallan y mueren, muchos los zigzags, meandros y laberintos. ¿Llegará Teseo? ¿Vencerá Perseo? ¿Encantará la lira de Orfeo a las bestias y a los descendientes de Akakor y Eldorado, como hubiera deseado Tatunca Nara? ¿Irá el Rey León tras la corona imperial? C’est pas facile du tout. Après tout, c’est comme ça.

Recapitulación. Pienso que, si no buscamos más allá de los caminos trillados o desgastados por no estar a la altura de nuestras actuales circunstancias indudablemente novedosas y dramáticas, aunque debo reconocer que varios de estos caminos lamentablemente deteriorados por el paso de los milenios, fueron y son todavía en parte válidos, reales, interesantes, elevados, significativos y claves, no pasaremos. A menos que usemos nuevas herramientas más a tono con los mundos interdimensionales o multidimensionales, como buenos albañiles, sastres, mecánicos, ingenieros, diseñadores gráficos e intérpretes de símbolos y señales cósmicas que debemos ser, ni la Masonería, ni los Boy Scouts, ni el Grupo Bilderberg, ni los Testigos de Jehová, ni el Falun Gong, ni el Vaticano, ni USA, ni AMORC, ni el CERN, ni la NASA, ni la WWF, ni el FMI, ni la UNESCO, ni la FAO, ni la OPEP, ni las Academias Sueca y Noruega, ni Greenpiece, ni la Fundación Rockefeller, ni el Grupo Soros, ni el Karma Triyana Dharmachakra, etc, etc, podrán escapar al vértigo y la explosión de gigantescas proporciones de masa coronal eyectadas de nuestro Sol así como a las vibraciones e irradiaciones de ciertos cuerpos celestes de gran y potente magnitud alineadas con el Centro de la Tierra. Debemos entender que a nuestro planeta, en completa ebullición y proceso de transformación, se están acercando cada vez más a nuestras humanidades y territorios costeros, lacustres y desérticos o montañosos un nuevo tipo de masa y energía que sé proviene de otras latitudes y longitudes cósmicas, algunas de las cuales ya se sitúan en la exosfera y la ionosfera y más allá del perímetro de nuestra Vía Láctea en resonancia magnética con otros Soles Manásicos en cúmulos y supercúmulos galácticos. A menos que nuestros contemporáneos tengan la marca de la Luz reflejada en su frente y en sus circuitos integrados o chips no escaparán a los reacomodos, a ratos inesperados, violentos y bruscos que se suscitarán, y de no haber despertado e iluminado volverán a renacer o reencarnar en condiciones que no serán las mejores y las más deseadas. Este es el momento de dar el Salto Triple y acceder a la Conciencia Universal o Plano de la Noósfera (porque las Grandes Entidades de Luz pueden captar nuestra vibraciones y pensamientos aunque las distancias sean grandísimas y la estática sea muy fuerte), pasar a la velocidad Mach 100.000, ver la Totalidad, el Infinito, ojear el Plan Maestro para las Esferas, conocer nuestra personalísima misión de vida y sentir que tenemos realmente a Dios y a la Diosa adentro, en las entrañas, sin miedo ni dudas, de un modo inequívoco, pasmoso, diáfano, ilustrándonos, iniciándonos y conduciéndonos. Como hubiera señalado el Maestro Nicolás Flamel, célebre alquimista y benefactor de los pobres parisino, estamos a las puertas de una singular metamórfosis pero nada semejante a la que nos describió el visionario escritor checo Franz Kafka, el cual a su vez nos lanzó sendas advertencias y premoniciones desde su ángulo de observador muy acucioso como igual hicieron Edgar Cayce y Benjamín SolariParravicini.

2da. variante de la letra griega Phien minúscula de blanco sobre fondo rojo.

Hoy es el Momento. Nos lo han requetedicho Maestros y Maestras de muchas mansiones celestes y encandilados y encandiladas en la Tierra así que no debiera sonar extraño quel o vuelvan a leer y oir en esta entrada; además, lo van a seguir observando en el porvenir ya que nuestro mundo no puede desligarse y darle la espalda a la Obra de la Divinidad puesto que, aunque Ud. no lo crea, la Tierra está por comenzar un nuevo ciclo, una nueva Edad de Oro –pero después que se opere una limpieza a fondo, una purga y purificación cabal, porque es necesario que nos quitemos de encima esos microbios patógenos que tanto destrozo nos causan. Es necesario que la Humanidad lo sepa de una vez por todas: la Gran Iniciación viene en camino. Hay un Camino y es el de la Iluminación o Esclarecimiento, el de la Liberación o Emancipación, el del Gozo o Dicha, el de la Noósfera, el del Salto Triple al cual me refiero reiteradamente en mis escritos, pinturas, cartas y correos. Los terrícolas tendrán que mezclarse con los extraterrestres, amén de mezclarse mejor entre sí, para que nuevas ondas y frecuencias puedan sintonizarse y aprovecharse más y mejor. Según el inmaculado Plan Divino, le ha llegado el momento a la Humanidad de este lindo planeta azul de evolucionar hacia la 4D y la 5D. Por eso, decidí que el Rito Escocés Antiguo y Aceptado debía modernizarse, ampliarse y cristificarse, estar a tono con el Reino de los Cielos. Ya es hora que el aspa o Cruz de San Andrés, una hélice de súper ADN-ARN, presente en la bandera de Escocia y de otras naciones, llegue hasta el suelo tricolor de Venezuela y de acá se disemine e irradie por el resto del orbe. ¡Celebremos la cordà universal que un día se festejará! ¡Un cruce de caminos para una Nueva Humanidad más amable, civilizada, culta, avanzada, brillante, realizada, feliz, digna de que Otros Mundos la tomen muy en cuenta y la consideren abiertamente! Y con esto os dejo en compañía de los siguientes dos gráficos, que completan los pensamientos aquí delineados, y del gran compositor inglés, Ralph Vaugan Williams (1872-1958), y su The Lark Ascending. Om-Shalom.

Andrew York M:.M:. en Finlandia, Op. 26

Sublime Grado 34 de la Rosacruz Gamada Alada. Obradel Autor. Caracas. 2012.

Grado Sobresaliente 37.1. de la Rosacruz Gamada Alada. Obra del Autor. Caracas. 2012.

Cruz Templaria Azul 22222 de Zapf Dingbats por Andrés. Obra del Autor. Caracas. 2008.

¡Ojo¡ Esta es la tercera y última Parte de este trabajo sobre la Masonería. La primera Parte se publicó ayer, 9 de mayo de 2012, y la segunda Parte se publicó hoy 10 de mayo más temprano que esta tercera y última Parte. Hago esta aclaración (para impedir la confusión) porque en el Historial de este blog, al comienzo, no aparecen sino 8 entradas para el mes de mayo 2012 cuando en realidad se publicaron 10 entradas en mayo 2012.

Los desconocidos Grados Ultra del Rito Escocés Antiguo y Aceptado 2

Revelación. ¿Qué más pueden hacer nuestras instituciones más conocidas o pujantes? ¿Pueden devolvernos la fe, la esperanza, mostrarnos el camino, señalarnos las estrellas que nos pueden guiar, enseñarnos los pasos que debemos dar para superar los baches, las cienágas, las trampas ocultas, volvernos mejores y más puros, hacer de nosotros y nosotras reales iniciados e iniciadas, adeptos y adeptas de una Causa Común Superior? Todas estas preguntas y otras más me indujeron a buscar más allá de las garitas y alcabalas y los linderos oficiales o tradicionales y conocidos. Quería se encontrara en algún lugar la posibilidad de conseguir una ruta heroica y prístina que nos sacara los pies del lodo y del derrame de nafta o petróleo y nos evitara tener que caernos de nuevo, sucumbir e infectarnos peligrosamente y quizás morir de un paro cardíaco o respiratorio o de desesperación e inanición. Por ende, busqué en mi interior las respuestas y vi que sí, efectivamente, había una salida al atolladero y que la misma se hallaba más allá de las fronteras, alcabalas, garitas de policías y militares, y los confines tradicionales que nos habían protegido y amamantado tanto pero que ahora no estaban a la altura de nuestras aspiraciones, inquietudes y potencialidades, pues las bombas atómicas nos habían mostrado la colosal potencialidad como seres humanos. Vi que debíamos ir más allá, cruzar el río y caminar tierras adentro ignotas, como habían hecho los conquistadores españoles, franceses, ingleses, portugueses y holandeses, muy soñadores por cierto, al aventurarse por los territorios del Nuevo Mundo, recibir los rayos solares diurnos y nocturnos y agudos aromas atmosféricos de una clase nueva y distinta de sonidos como lluvia de una nueva Realidad que fuera manantial de sorpresas y esperanzas.

Por lo tanto, no me quedé en el administrativo Grado 33 pues ¿cómo desechar o dejar de lado lo simbólico, teúrgico y humanístico de la superconciencia? Decidí traspasar el promontorio de la atlante y magrebí primera cervical y aventurarme por la médula espinal, el bulbo raquídeo, recorrer el pons o puente troncoencefálico hasta recorrer cual lagartijo el resto del tronco del encéfalo, sujetándome de sus ramas, hojas, flores, frutos, y contactarme con el cerebelo y el hipótalamo, con el casco del cerebro anterior y sus meninges, cortezas, lóbulos e intestinos encefálicos. Finalmente, al descubrir al fondo las neptunianas moradas escondidas de la epífisis o glándula pineal y de la hipófisis o cuerpo pituitario de repente me di cuenta que debía estar aproximándome a una zona nebulosa, frutal, acuática, mistérica, paranormal, tipo cabaret, y en ese instante centelleante sentí que debía encontrarme sin duda alguna en terrenos tornasolados, iridiscentes, clarividentes, clariaudientes, telepáticos y telekinéticos, por nombrar sólo algunos de los fenómenos y prodigios que me asaltaban y electrificaban, donde parecían verse las siluestas de jóvenes doncellas que bailaban y celebraban lo que parecía un ritual ruso de Misterios ante el trono de un Gran Ojo Cosmológico que no era otro que el Tercer Ojo, el número 34 de Fibonacci, concordante con el Grado 34 del modernizado Rito Escocés, a su vez relacionado con el noveno grado de la Sucesión del matemático italiano del siglo XIII, Leonardo Pisano o de Pisa, también conocido como Fibonacci (antes de él tres matemáticos hindúes, Pingala, Gopala y Hemachandra, habían llegado a la misma definición matemática de la genial Sucesión o Secuencia del italiano, que debió iluminarse en compañía de los árabes, siendo muy posible que fue entonces en esos viajes cuando Leonardo Pisano oyó hablar por primera vez de los números racionales e irracionales y la proporcionada infinitud divina). Y, si esto era cierto, como parecía serlo, debía hallarme asimismo muy cerca de la espiral logarítmica, que las galaxias espirales llevan a cuestas, y del bendito número de oro, el número irracional por antonomasia que asombró a los mismos pitagóricos, y si eso era así entonces significaba que la escritura matemática de Dios no podía ser comprendida de un modo racional porque entre otras consideraciones su escritura no tenía fin, no terminaba nunca, era inconmensurable. En consecuencia o como resultado, el Cielo o el Espacio era infinito para Dios al igual que lo era el Tiempo. En vista de lo cual no creo en la teoria de un único Big Bang pues los científicos se quedan cortos. Para Dios estas teorías son insensatas, quieren delimitar, circunscribir, fechar lo infinito, irracional, ligado o recurrente en esencia. El pensamiento mágico-místico es la única vía para entender lo vasto del Conocimiento.

Luego ascendí 3 escalones desde el copus callosum que, figurativamente hablando, son un trío de copas y tapas que conocieron singulares músicos españoles, como Sor, Turina, de Falla, Rodrigo, Albéniz, Tárrega, Granados, hasta el superpotente Chakrā Coronario (una superpotencia de tres “flores” en una, cual Trinidad o Trisquel, conformado por los Súper Chakrās, Sahāsrara, Guru y Nirvāna), que en su oportunidad embelesó en 1969 la portada de la primera edición de El Orgasmo de Dios. Para mí esto ya era muy significativo por cuanto el ascenso al Padre-Madre-de-la-Luz no es otra cosa que una erección genital, un orgasmo místico. Así que, cual puma, me aventuré hasta la coronilla, bebí y me topé con el enigma del Grado 37.1 y el 11:11 de Hércules. No busqué más. Había escalado hasta la cumbre del K2, Everest, Annapurna, Chimborazo, Orizaba, Pico Bolívar, y de cuanta montaña alta y nevada había en el globo terráqueo y en el interior de la Tierra. Me di cuenta que ahora sí había ido más allá de lo normal y acostumbrado, al núcleo del horizonte desconocido y nietzcheano, al asiento del deus ex machina, tendido a lo largo y ancho por Urano, el Señor del Vasto Cielo, Urania, la Señora de la Inextinguible Astronomía, y Plutón-Perséfone, los Amos del Subterráneo, y me dije: «aquí es donde debo buscar y escudriñar, si quiero descubrir el cáñamo sagrado, el fuego sacrosanto, el número mágico y clave por excelencia, el más irracional número primo y complemento del phi hacedor de milagros, el sortilegio del brujo yaqui, presente en la esencia y el origen, los ritos reales e imaginarios, puros, trascendentes, nirvánicos, pertenecientes y representantes de un divino orden natural, simple, prístino, ancestral, matemático, solar, a la par que mágico, psicoactivo, enteogénico, mitocondrial y supersensible que nos enlaza con nuestros orígenes originales e iridiscentes, solares, intersidéreos, intergalácticos, cósmicos, mayúsculos, iluminándonos y reconfortándonos, porque de no ir más allá de los landmarks o linderos conocidos, laberínticos, requetecaminados, horadados y respetados por nuestra generación y las previas jamás veremos la otra cara de la Luna o saldremos del círculo vicioso que nos tiene atrapados hace demasiados millones de años, desde la Prehistoria y la Protohistoria, cuando eramos poco más que protozoos o protozoarios, amebas, parásitos microscópicos, plancton». ¡Tenemos que acelerarnos, ser relámpagos! Si no saltamos la cerca, si no brincamos, no creamos lo nuevo y dispar, no podremos saber jamás qué hay más allá de la rutina, monocorde y automática, porqué ese territorio nuevo, vedado a los androides, conserva en la sacristía de su tabernáculo la llama viva de la Esperanza y la Iluminación en el Sello de Salomón -la Estrella Amarilla Número 17 del Tarot Antiguo y Reconocido de Bucarest que lemurianos y atlantes conocían íntimamente- que se recibe cuando menos se espera, si se ha hecho la preparación y la profilaxia encomendándose a Dios y a la Diosa por encima de todas las cosas. ¡Al ver el Salto Ángel o Kerepakupai pensé: debe surgir ya el nuevo Ritual de Manú -El Merú! ¡El Nuevo Oro!

De tal manera que me pude cerciorar que el Rito Escocés Antiguo y Aceptado o R:.E:.A:.A:. debía, si quería trascender y aumentar su caudal, modernizarse, para estar a la altura de las circunstancias, cuando tendríamos que integrarnos a la nueva sociedad cósmica por celebrarse en nuestra renovada aunque agrietada y desplomada Tierra. El nuevo Rito lo bauticé como: R:.E:.A:.A:.A:.M:., habiéndome dado cuenta que la Semilla de Oro o Triple AAA formaba parte de la nueva denominación y que la sagrada letra M:. de las Aguas Primordiales había sido destacada y la acompañaba el signo piramidal. Ninguna parte del código me pareció una casualidad sino una causalidad muy significativa. Para semejante mutación busqué la concurrencia, el apoyo, la inspirada venia de la Rosacruz Gamada Alada que aglomera signos complementarios de muy antigua procedencia que el Hermano Kyot de Provenza hubiera ratificado y aplaudido pues nada clave sucede por niñerías o caprichos. No dudé en escoger al girasol como uno de los emblemas de los ultra grados masónikos y hacer uso de la pujante e interestelar Fuerza K que sustituirá a la “G” tradicional: ahora Dios se revestirá de un llamativo traje de astronauta para darse a conocer en el planeta. Como no creo en las oposiciones, piques y luchas de clases, símbolos, ritos, ceremonias, escuelas, doctrinas, filosofías, credos, sino en la integración, fusión, amalgama, interacción, copulación o acto de amor y sexo, lo que presento aquí no tiene sino una sola intención: unir causas y efectos, pegar, ensaladar lo que parece inverosímil, disímil, contrario, distinto, aderezarlo con aceite de oliva extra virgen (de Virgo, por si acaso), bálsamo de Módena, sal marina y ajo mix. Busquemos la manera y la forma de llegar a una síntesis, un polo magnético que nos una y NO nos separe, divorcie y antagonice, una súper álgebra. La fuerza de Venus Orquidácea puede llamarnos a botón y poner a enamorarnos unos de otros con y sin protocolo. Sólo esto salvará a la raza humana que anda más perdida que el hijo de Lindberg sin la lámpara de Aladino. Este ha sido mi llamado desde que tengo uso de razón e intuición y me inciciaba por primera vez de un modo tan natural como inocente, rodeado por el tronco, las ramas y conos de un pino en Samambaia, en Los Guayabitos, hoy Municipio Baruta, donde quizás florecerá una Escuela de Estudios Superiores, si las nuevas generaciones lo piden.

Es hora que aparezcan sobre la Tierra hombres divinos, mujeres divinas, terrícolas que amen de verdad, profunda y seriamente su hábitat celestial, hermoso y prolífico por añadidura, que le saquen provecho con sabiduría e inteligencia práctica y empírica a su medio ambiente, NO hagan la guerra ni busquen conflictos y peleas que la mayoría de las veces son completamente insulsas, ridículas o demenciales (como en las telenovelas y culebrones), vivan alegre y estupendamente, se dediquen a cantar y crear, instruirse, amarse y socorrerse mutuamente sin malicia, egoísmo, avaricia, bellaquería, porque la salida y el éxito recaen en el trabajo mancomunado, creativo y productivo, material y espiritual. Este es mi sueño de muchos años y vidas atrás, el mismo que ha girado en mi cabeza desde que acepté encarnar y vivir acá en la Tierra, incluso cuando habían cíclopes y gansos gigantes y comíamos manzanas azules, como recuerdan quienes fueron protagonistas en la añeja Orden del Monte Sión en Palestina y Francia.