miércoles, 28 de noviembre de 2012

Panspermia


Me parece que creo en la panspermia desde que comencé a escribir en junio de 1960 cuando puse que “La Madre es una Gran O”. Un colosal Sexo, Útero, Túnel, Orificio de Luz. Así comienza El Orgasmo de Dios, un sinónimo más de la panspermia, pues la semilla divina está en todas partes, lo fecunda, produce, fabrica y desarrolla todo, dándole valor a cuanta cosa existe en los Universos, lo reúne todo, absolutamente, imprimiéndole su sello pánico. Por eso, creo en el panteísmo, la infinitud y lo ilimitado, lo eterno y lo nirvánico, en el amor que lo conquista todo tarde o temprano, porque lo sentimental, venusino y neptuniano parece cubrir toda la gama de las emociones y las ideas que logran poner en marcha a las distintas humanidades en todas partes. Pero es sólo ahora, en 2012 (quizás antes en 2011 ó 2010), que el término científico, originado en Grecia por medio del filósofo presocrático Anaxágoras (500-428 a.C.), me llega “oficialmente” a la mente y lo bajo de la Enciclopedia Wikipedia. Así que, de una vez, lo incorporo a mis escritos y lo sumo a la gran cantidad de veces que mi intuición y deducción de la original idea del sabio filósofo heleno (que también se halla en correspondencia con la sagrada literatura védica) se ha mezclado en mi obra escrita y pintada. Hace ya muchas décadas que pienso que venimos del espacio exterior (una batea inmensa) de una forma u otra y que ese es el origen y destino de todos los seres a lo largo y ancho del cielo o de los cielos, como mejor guste. Y es también la razón por la que todos y todas somos parte de una misma familia cósmica aunque dividida y subdividida en una serie amplísima de categorías y capítulos de distintas y heterogéneas denominaciones, figuraciones e interpretaciones. Si todas las personas que comparten un mismo cuerpo celeste o un sistema solar supieran que descienden del cielo (aunque hayan varios cielos superpuestos o paralelos que se chocan) podrían vivir en santa paz y armonía mismo si su conocimiento del cosmos no fuera 100% uniforme. Sólo los autómatas y los androides no se diferencian entre sí y carecen de alma.

Si por razones que se me ha hecho saber estos últimos años resulta que Aristóteles fue mi maestro cuando apenas era un mozalbete que un día llegaría a comandar ejércitos, hoy sé también que Anaxágoras fue mi maestro poco antes de que fuera electo e hiciera de Atenas un emporio más o menos sólido con la venia y ayuda de mis contemporáneos y mi amada Aspasia de Mileto. Gracias, entonces, a mis preclaros gurúes. Ambos comentaron desde puntos de vista opuestos, aunque complementarios, acerca de la inusual y abundante panspermia que nos mueve y resaltaron que por medio de la evolución del estado animal al estado humano las manos o extremidades superiores se convirtieron en unas de las herramientas más preciadas y útiles del homínido; mas asimismo es cierto que, si la inteligencia y la curiosisad por conocer y experimentar no nos impulsara y motivara, hubiera sido imposible acceder a la información y la sabiduría cósmica cada vez más útil y clave en nuestra evolución que parece no tener límites. También la esperma o el semen humano, animal, vegetal, elemental, no tiene límites, es capaz de atravesar vastas y disímiles capas atmosféricas, espacios intersiderales e intergalácticos, al igual que los interdimensionales, puesto que la Semilla de Dios y de la Diosa se pasea por los 10 Universos.

Si la panspermia es tan universal, quiere decir que todo cuanto produce y desarrolla contiene todos los ingredientes necesarios para formar vida y conocer sus potencias y dinamizaciones, fuerzas, cualidades y defectos o discapacidades, sus razones, motivos y utilidades, oscilaciones y mutaciones. Esto debiera influir en nuestra manera de ser y movernos en una u otra situación y dimensión y acercarnos cada vez más a lo divino en nuestro ser y en los demás ya que no es posible separarnos y divorciarnos del Noûs o Eterno Pensamiento de la Divinidad. Pero discrepo de Anaxágoras en lo siguiente: para mí el Noûs no puede dejar de tocar, penetrar e interactuar con cuanto objeto haya en un mundo u otro ya que su naturaleza es polivalente, polifacética, polimórfica, multimodal y universal, densa y sutil, visible e invisible, blanca o negra a la vez, ad infinitum. La Semilla, el Grano, el Germen, la Excrecencia de Vida Universal es maga y fina por excelencia y además su misión es conectarse con el Todo.

La panspermia también debiera hacernos pensar en la reencarnación y la metempsicosis, es decir, debiera volvernos elásticos, flexibles, transigentes, abiertos a los cambios y a la Voluntad Divina, por cuanto la Energía, así como la Materia, no es estática, no se paraliza, se transforma y es cambiante pues desea compenetrarse con otras formas y maneras de vida, amarlas, disfrutarlas y compadecerse de ellas ya que ella ama por encima de todas a sus Progenitores Cósmicos. Ese es por supuesto el clarín, la corneta de las almas superiores que, si deben vivir más de una vez, cumplen con el deseo de su Padre en el Cielo y de su Madre en el Cielo de ayudar a que se propague Su Sermón en la Montaña. Por eso yo no me opongo a la reencarnación o al reinicio del sol y la luna en nuestra gloriosa formación interior que no tiene fronteras. Hay que entender que lo celestial en nosotros y nosotras nos acerca a lo terrenal en nosotros y nosotras –opuestos superficialmente- porque es por medio de la esperma cósmica que se pueden unir, amalgamar y fundir los contrarios, hasta vencer las animosidades y contrariedades y conseguir el concierto y la corcondancia anheladas. Y eso es lo que preconizo por medio del socialismo místico que un día arraigará en la Tierra cuando haya pasado la era de las armas bélicas y de la inconsciencia y los seres humanos se solidaricen y cooperen unos con otros en aras de un Bienestar y un Bien Común. Es cuestión de regar la mata, los genitales, las neuronas y los corazones, más allá de las disquisiciones, los debates y las discusiones interminables que a menudo no dejan nada positivo.

Así que en el momento que los seres de este planeta y otros planetas se enchufen entre sí y entiendan el porqué del llamado abrasador de las semillas universales y alojen en sus corazones a los meteoritos y los meteoros, a cuanta roca y objeto material cae del cielo y se estrella o acopla con su mundo celeste, alojando también a los emisarios pensantes y sintientes que provienen de otros mundos que quieran conocer íntimamente a sus propios seres masculinos y femeninos, va a reinar más amor, entendimiento y compenetración entre las partes, más evolución y alquimia, más juego y diversión, habiendo más y mejor mercado, salud pública, experimentación, educación, cultura, cultivo. Nos estamos aproximando a un momento muy interesante de la Historia de nuestro planeta azul. Eso lo he comentado y analizado en muchas de las entradas en mi blog y en mis demás escritos y pinturas inéditas o publicadas. Este conocimiento lo tengo bastante adiestrado y ejercitado desde mi adolescencia y temprana juventud cuando decidí refinarme mirando la Naturaleza a mi derredor, dejándome embriagar y tocar por los rayos y fluidos que la Divinidad nos dispuso para que pudiéramos ser felices y receptivos en general. Pero lamentablemente hemos sido bastante mal educados y estamos aún muy lejos de la meta señalada por los Progenitores Cósmicos. Ahora, a raíz de las grandes mutaciones en marcha, la Tierra, el sistema solar, nuestro Universo Local y algunas otras corporaciones galácticas de nuestra dimensión y otras cuantas más, hay una aceleración y un desprendimiento supermasivo y contundente que hará que la vida de millones y millones de almas mejoren y se especialicen más en sus entradas y salidas de vida.

Bueno, es lo que voy a apuntar hasta el momento en esta entrada No. 244 del blog que inicié en septiembre del 2008. Sin embargo, voy a cerrar con los siguientes pensamientos la presente entrada que celebro y dedico a la futura Nueva Alba de la Humanidad en esta Tierra, antigua Tiamât, según los mesopotámicos protosumerios, sumerios, akkadios, asirios, babilonios y descendientes de Sem, que un reencarnado como Zecharia Sitchin nos ilustró con tanta persistencia, tenacidad y erudita inteligencia. Se ve a claras que este hombre fue antes un alto sacerdote muy leído.

A continuación, estos son los Seis Clásicos que el hombre-dios Fuxi nos legó, además de los Ocho Diagramas, que tanto chinos como budistas y Altos Caballeros Templarios observan todavía:

1. La Benevolencia
2. La Piedad
3. La Justa Armonía
4. El Entendimiento
5. La Alegría del Ruiseñor
6. El Amor Infinito

Siendo los Cuatro Libros los siguientes:

1. Las Estaciones
2. Las Fases y Experiencias de la Vida
3. Las Oscilaciones y Altibajos Electromagnéticos
4. Los Ritmos Cardíacos de la Naturaleza Cósmica

Todo es cuestión de ritmo y armonía y así se llamaba el curso que di en 1973 en el Instituto Takra. No conozco otro sistema pedagógico o de vida que no tenga como punto de referencia la sabia armonía de la Madre Naturaleza que los antiguos filósofos y maestros nos supieron dar y transmitir. Ellos amaban profundamente a la especie humana y les daba mucha lástima su condición y desigualdad atómica.

Hay que regresar a la tierra. O sea, al Libro Viviente de las Mutaciones. Quien no se hinca ante la magnífica puesta en escena de la vida campestre no sabe lo que se está perdiendo porque su ser proviene de la tierra, del polvo cósmico, la reunión los Elementos que se acompañan permanentemente, se estudian, se balancean, se acoplan y respetan perfectamente, etc. No he encontrado un compendio de leyes, manuales, modales y modelos de conducta más extraordinarios que los que prevalecen en la Naturaleza, comprendidos, meditados, asimilados, refinados o sublimados, bien implementados por las personas, que deberían ser la quintaesencia de todo lo pensado, sentido y vivido, en el pasado, en el presente y en el futuro, que se siguen en serie, se entremezclan, varían o alternan, de un modo que no siempre sospechamos y entendemos ya que la naturaleza de las cosas es un increíble e inverosímil continuo ahora y aquí que se esparce como semilla en el viento cual tren de levitación magnética o maglev que viaja a la hasta hoy insospechada velocidad de propulsión iónica HiPEP.

Veo que pasan los siglos, los milenios, las eras zodiacales, los ciclos de 26.000 años y aún la persona común en la Tierra no llega, no deviene un dios, una diosa, no se libera de ciertas cadenas. ¿Cuánto más deberá esperar? ¿No se habrá cansado de dar vueltas y vueltas alrededor de la llama sin poder trascender a un estado más sublime y maravilloso, insólito e inusitado de existencia? ¿Será que se dejó aturdir por la mediocridad y la frustración? ¿No creyó lo suficientemente y se dejó vencer por la incredulidad, la duda, el dolor, el malestar, la ilusión, el espejismo? ¿Los vientos en contra pudieron más que su ahínco y espíritu de aventura? ¿Lo estaré juzgando demasiado severamente? No lo creo.

Sin embargo, me resisto a creer que jamás alcanzaremos el Gran Portal de la Iluminación que nos ha sido indicado por los semáforos de grandes filósofos, profetas, iluminados y santos visionarios de otras épocas que dejaron voluntariamente sus bellas mansiones celestes y se acercaron a las ciudades y los campos. Creo pues que, así como mora una Chispa Divina en cada persona, cada objeto material y cada elemento de la panspermia cósmica es sagrada y mágica por esencia por cuanto no hay forma ni manera de separar lo frío de lo caliente, lo amargo de lo dulce, lo picante de lo suave, lo húmedo de lo seco, lo masculino de lo femenino, lo pasivo de lo activo, lo claro de lo oscuro, lo puro de lo impuro, etc, lo malo termina siendo devorado y abrazado por lo bueno. Todo es una marca de la vida fecunda que huele a fragancia de maravilla y sabe a vainilla y acacia. Más allá de las divisiones se exalta y resalta a la memoria la Superconciencia. Ella cree a pie juntillas en el Anillo que lo unifica todo.

Está lloviendo otra vez. Creo que va a llover mucho, caerá mucha nieve también en otros lugares más fríos mientras se derriten los casquetes polares por el cambio climático. Ya éste no puede evitarse. Se prolongarán las lluvias lo que purgará, limpiará, purificará al planeta hasta que sea necesario. Dios y la Diosa están pendientes. No hay forma de que las Fuentes no se abran. Es parte del proceso apocalíptico que nos tocará vivir y quienes saben más vinieron en estos días cambiantes voluntariamente desde los planos sutiles a poner su grano de arena. Pudiera decir que está lloviendo a nivel astral. Así que a aguantar y prepararse. Lo que vi –otro Diluvio Universal- en Prangins, Suiza, a los 19 años, pareciera que se cumplirá; pero no todo será malo o trágico. Se está abriendo un compás para los terrícolas y la nueva tarantella sonará para bien de algunos oyentes que saldrán de las catacumbas. ¡Adelante!


Caracas, 28 de noviembre de 2012 

De ser cierto que lo infinitamente grande proviene de lo infinitamente pequeño, también es cierto que lo infinitamente pequeño es la semilla en potencia o Aléf de cuanto hay a cualquier escala cósmica. En consecuencia, en cada cosa o naturaleza está plasmada una razón de ser, un destino, y nadie, por más inteligente e imaginativo que sea, puede prever con exactitud cuán potente y dinámica será esa cosa, suceso, persona. El Cielo tiene todas las respuestas, maneja todas las posibilidades y todas las probabilidades. ¡No faltan las sorpresas!

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