jueves, 15 de diciembre de 2011

The Boulton Psion – El Psión Boulton

Beyond the Higgs boson. No creo que el Bosón de Higgs sea “La Partícula de Dios” como nos quieren hacer creer desafortunadamente. Creo que más allá del Bosón de Higgs hay una masa psi energética de pura luz que le da vida a todos los bosones y fermiones descubiertos y por descubrir eventualmente. Esta masa energética de pura luz es el Psión Mayor que será muy difícil situar y verse o percibirse con medios físicos, mecánicos y electrónicos porque es más o menos invisible y en verdad que pertenece al mundo metafísico, a la apreciación ultrafísica, a algo más allá de los sentidos animales o semihumanos. No es posible ponerle el dedo o tan siquiera imaginarse la Partícula Primordial del Universo, del nuestro como de los demás, porque para comenzar esta Partícula está en todas partes simultáneamente y se desplaza, si así se pudiera medio describir, a velocidades increíbles o inimaginables y tampoco posee edad o referencia alguna táctil. O sea, es atemporal y, si se registra mecánicamente, el registro que presenta no puede ser analizado real y objetivamente, porque es elusivo e intangible y deslumbra tanto que no deja marca alguna y confundiría a quien pretende ubicarla y ponerle un sello o etiqueta cualquiera. Además hay un problema adicional: la Partícula Primordial del Universo parece que tuviera tentáculos y es esponjosa y sus malabarismos desconcertarían si se quisiera conocerlos y extraer sus dones. En caso de dar con ella la persona podría desaparecer, sería una con ella. La persona se fundiría con la Partícula de Dios y pasaría por un túnel o puente de luz a una dimensión superior o muy extraña.


El “comienzo” no es masa sino energía ubicua que trasciende y ésta no es ni remotamente cuantificable bajo ningun aspecto por cuanto es vacía. Sólo puede decirse que es colosal, descomunal, estrambótica e insólita. Es pura luz y fulgor. La luz fulgurante que anima el Universo. Es a la vez el Todo y la Nada, el Principio y el Medio, etc, y por ende lo que se podría fotografiar o reproducir mecánica y físicamente, por cualquier medio, incluso el holográfico, será a lo máximo un inmenso destello sin fin ni límites que no decae nunca porque el destello es inextinguible. Esta medición y rendición le resulta incomprensible a quienes la analizan desde la 3D y se llevarán una sorpresa mayúscula, quedándose perplejos y desencantados o petrificados si piensan conseguir algo más que un enorme e incalculable destello que cubre todas las pantallas habidas y por haber usadas para fijarla y retratarla. ¿Cómo podemos, en forma sensata, creíble, dar con el perpetuum mobile del Dharmakāya, sin origen ni descendencia, sin fórmula matemática ni química, que no deja huellas visibles? Habría que estar en ese momento de iluminación, en estado de samādhi y en uno de sus más altos grados para entenderlo y eso es precisamente lo que muchos científicos no entienden, no quieren entender o no aceptan, porque no han comprendido todavía que el secreto del Trabajo de Dios y de su Diosa va más allá de la 3D y sus herramientas astrofísicas, más allá de lo intelectual y yo diría que de lo razonable y verificable. Ergo, en la partícula viviente tan limitada y llena de errores de nuestro Mundo gigantesco que ocupamos querer localizar, probar, medir, pesar y revelar en el tiempo y en el espacio lo ilimitado, primordial y primigenio de la chispa mayor que lo enciende todo sencillamente no es posible y pretender invertir sumas ingentes de dinero, trabajo, esfuerzo y equipos es pura vanidad y soberbia, que raya en la tozudez, la manía, la falta de sensibilidad y de perspectiva, es inútil hasta decir basta. De ahí a que sea el Psión de Boulton (un nombre pasajero) la sustancia metapsíquica o el elemento psicotrónico y ultradimensional que le da vida y ser al Bosón de Higgs, así como a bariones, nucleones (protones y neutrones) y electrones, que se constituyen e interactúan con más bosones, fermiones, gluones, quarks, etc en diferentes Modelos, como los de Dalton, Thomson, Rutherford, Bohr, Schrödinger, Yukawa, Bilson-Thompson, etc, según el condensado de Bose-Einstein o líquido de Fermi en infinitas aplicaciones de cuantos, partículas y subpartículas del Átomo Principal, interactivo y autónomo, que se piensa con sana lógica conforman algunas características esenciales del Psicoquinético Sagrado Corazón de la Vida Multidimensional.


Cuando la Humanidad en la Tierra evolucione más y los científicos sean místicos y ocultistas, es decir, unos iniciados, tengan vivencias o experiencias paranormales, enteogénicas y cósmicas, se conecten con Dios y la Diosa por medio de la vía del éxtasis entonces van a ver, oir y sentir lo que fue, es y será el Gran Estruendo, el Gran Estallido o, al revés, el Big Crunch, y la Gran Pralaya, y no hará falta que ningún CERN, en Ginebra, o en cualquier otro lugar les dé una tarjeta Visa o MasterCard y les otorgue un pasaporte para ir al cielo porque en cuestión de nanosegundos y en su propia casa o en el campo, por ejemplo, entenderán el Gran Misterio Divino que les saldrá gratis sin tener que gastar millones de dólares o euros tratando de convencerse unos a otros de que dieron en el blanco con el Misterio de los Misterios. Al fin y al cabo, la iluminación es una cosa muy personal y santa y no puede traducirse con ecuaciones, teoremas, teorías y argucias. Tan extraordinaria como exquisita y luminosa es la Esencia que muchos la buscan fuera cuando la misma yace en nuestro interior mientras se quiera y se sepa con fundamento, sabiduría, amor y mucha paz interna que somos Dios, la Gran Epopeya.


Khroma psiónika. Obra del Autor. Caracas. 2011.

La Partícula de Dios es blanca y lo cubre todo por completo como un fotónico y bíblico Anciano de los Días, uno con la Creación inacabable que ejemplifica. Un blanco indiviso, compacto, único, uniforme, intenso, resplandeciente, radiante, titilante, el cual produce de forma mágica una sensación maravillosa a la vez que una comprensión cósmica imposible de poner en palabras cuerdas porque está más allá de la razón y los intríngulis y las disquisiciones intelectuales. Si después la mente le pone colores a este blanco original sin par o lo negrea parcial o totalmente, está en su derecho; y con tal que acepte las leyes superiores de este blanco original, total, sea trabajador y feliz, muy feliz, sin querer dañar a los demás, pudiendo estar bien con él, sin inquietudes, sabrá con el corazón que lo que percibió era cierto y le convenía. Lo demás es bla bla bla o frases sin sentido para oídos sordos y necios. Esto último hay que evitarlo por nuestro propio bien individual o colectivo. Quien vea, perciba, oiga y sienta este blanco original y total flotará en aguas musicales superfuídicas y sabrá que él es consustancial con el ser que aloja en su espíritu que le brindó el Ser de las Galaxias Unidas, uno con el Gran Uno IAOUE. La Partícula de Dios es un affaire, un asunto netamente religioso, trascendental y psicotrónico, que rompe todas las barreras científicas y artísticas o morales que se le quieran imponer o circunscribir. Ninguna persona lo debiera olvidar por más docta o avezada que sea. ¡No más tiranías! ¡Más allá del bosón de Higgs! Beyond the boson of Higgs! ¡Es guaracha! ¡Es salsa! Que así sea siempre.