domingo, 22 de agosto de 2010

Advertencia al Mundo antes de la Gran Catástrofe anunciada una pila de veces ya


A menos que enterremos todos los tomahawks o hachas de guerra y le echemos flores, frutos, piedras, joyas y tierra negra encima no sabremos lo que es el paraíso o convivir en paz, felicidad, orden y progreso. De no recapacitar nuestros líderes e instructores jamás veremos la luz. Esto es válido en todos los sistemas solares. Es ley para todo tipo de seres y entidades con inteligencia y alma, incluso para los divinos e inmortales. Sin religión no hay vida. Y sin vida, ni gloria ni alegría. Acá en la Tierra poco se sabe de los milagros, prodigios y maravillas que producen la paz, el amor y la perspicacia o la admirable sabiduría iridiscente que une mundos, esferas y dimensiones. Esto sí es religión. Ergo, habrá que descubrir el infinito cielo en nosotros y nosotras y dar las gracias por ello. Toca tu campana y ya verás cuán hermosa es la vida y ser parte de la Respiración del Supremo y la Suprema. OM.

Lo que distingue a los hombres y las mujeres entre sí son sus principios, ideales, pensamientos, moral, carácter, filosofía, actitudes, modalidades, bioquímica, herencia, encarnaciones pasadas, etc, ante las cosas de la vida y del cosmos en general. Tomemos como punto de partida nuestra actual Modernidad que a ciencia cierta y en profundidad parece no diferenciarse mucho de pasadas y lejanas Edades o Eras porque los hombres y las mujeres en general siguen comportándose y pensando como en la Prehistoria y la Prohistoria separadas de nosotros y nosotras por grandes cataclismos y desastres que no hemos podido olvidar de un todo y siguen alojados en nuestro subconsciente individual e inconsciente colectivo. Cuando opino así no estoy siendo pesimista sino más bien realista porque, para comenzar, no hemos podido superar todavía los instintos criminales o asesinos, nos matamos, herimos y maltratamos de mil y una maneras, creemos en la guerra y las armas bélicas para resolver pasajera, pésima y enconadamente nuestras diferencias y desigualdades y no hemos aprendido y tomado de los maestros y profetas sino lo más superficial, banal o extemporáneo; y, por consiguiente, las enseñanzas, sacrificios, gestiones, ejemplos y proverbios de estos superhombres y supermujeres nos siguen eludiendo y les damos la espalda porque además nos fastidian y aburren o no los entendemos para nada. Preferimos la mediocridad y la estulticia y nos dejamos engañar, desviar e ilusionar demasiado fácilmente. No crecemos y maduramos. En principio mientras la animalidad, la vulgaridad, la desarmonía y la falta de metas ascendentes no podamos combatirlas continuamente y nos neguemos a superar y reemplazar los estados monstruosos y desquiciantes del espíritu seguiremos siendo pasto de la candela de nuestras bajas pasiones, viviremos querellándonos, odiándonos, atropellándonos, divididos por necedades y mezquindades o arbitrariedades y los problemas de la Naturaleza y el Medio Ambiente seguirán mortificándonos sin poder vivir en paz con nuestros vecinos ni con el planeta y el sistema solar y ni con Dios y la Diosa porque todo es un Todo. Todo está conectado con el Todo. Hasta el clima resuena a las ideas y motivaciones. Pero, ojo, todo cuanto existe participa de la luz, contiene luz, es y vive en luz, almacena luz, constante, eterna e indefinidamente, sin interrupciones, proyecta y precipita luz, y por consiguiente no hay nada que no contribuya a crear luz, energía brillante y materia magnética y refractaria de donde emana y se difunde la energía oscura y la materia oscura de la que está hecho gran parte del Cielo Todo y esto ha sido así desde siempre por cuanto el Universo Todo no tiene edad. Por eso, le doy valor a todo pues en mi vocabulario y sistema filosófico absolutamente todo conduce a la luz universal y sempiterna, que califico como el efecto Wigwam o Wickiup, porque la luz lo cubre, envuelve, impregna, habita, anima y propulsa todo, una condición sagrada y sacramental de la cual Ud. lector y lectora y yo somos partes esenciales y lo contrario es una aberración, un absurdo, un imposible. El día que la Humanidad de la Tierra descubra y sepa esto –que todo es luz, que su mundo es de la luz, que absolutamente todos los átomos, ondas-partículas o componentes de nuestro colosal mundo de luz cósmica tienen vida y ser, provienen de la luz y van hacia la luz, no importa en qué nivel evolutivo se encuentren, si están y son conscientes o no, si lo saben o ignoran, etc- verá su existencia cambiar por completo, entenderá los sagrados Misterios Mayores, habrá mucho más compañerismo y solidaridad, vivirá en paz, orden y progreso, porque habrá sabiduría en su cabeza y cariño en su pecho ya que por experiencia habrá entendido que toda la Naturaleza es la retorta alquímica con la cual refinar el plomo y convertirlo en oro, en especial su alma y espíritu, incluso su cuerpo, hasta complementarlo y volverlo pura luz, luz pura. Esto lo creo y lo sé. Así que no me vengan con sofismas y tonterías o nulidades.


Por lo tanto, hay una gran diferencia que separa a los hombres y las mujeres: si son positivos o negativos, si aman o aborrecen la vida, si quieren superarse o seguir siendo animales e irracionales. Si se educan e instruyen o no. Acá, a la Tierra, han llegado mensajeros, emisarios, portadores de mensajes, secretos, claves y conocimientos cósmicos de todas las especies, nos ha llegado de todo para convertir y volver un Paraíso, un Jardín de las Delicias, nuestra vida y una y otra vez eso nos ha sabido a pupú, nos hemos orinado sobre estas verdades, descubrimientos y gracias y nos hemos regodeado de porquería, basura y degradación porque parece que no podemos ni deseamos dejar atrás nuestros males y enfermedades. ¿Habremos llegado al abismo? ¿No es posible que la sociedad sea guiada, gobernada, estimulada y aconsejada por los más sabios y santos, los más elevados y queridos, y no por ogros, tiranos, déspotas, demagogos, mentirosos, malhechores o enfermos mentales? ¿Somos un experimento genético venido de afuera, ideado por seres superinteligentes y amorosos, que ha fallado una y otra vez, imposibilitados de ver la Luz, negados al Bien, la Belleza y la Verdad? Quisiera poder decir que estamos a punto de caramelo o melcocha, a punto de abrir una nueva vista al inmenso panorama que yace ante nuestros ojos. Sin embargo, como no queremos o nos cuesta tanto aprender, enseriarnos, centrarnos e iluminarnos, vamos en picada, y a mi juicio nada diferencia a EE UU de Irán e Irak, nada separa a quienes queman selvas y bosques de quienes contaminan mares y lagos. Nada distingue a Chávez de Noriega o de Napoleón y los prusianos de 1871 y la Primera Guerra Mundial que bombardearon París, la Ciudad Luz. Es la misma vaina, la misma penuria. Parece que preferimos lo bestial a lo angelical, lo feo y podrido a lo hermoso y floreciente, la guerra y el exterminio a la paz, y nos resulta imposible amar y abrazar franca y sinceramente al prójimo, a los animales de verdad, a las plantas y los metales, al aire y la tierra que sin agua no valen nada y al fuego que lo impulsa todo macrocósmica y microcósmicamente. Hasta nos reímos del prâna. Queremos autodegradarnos y rechazamos los sexos polares y opuestos pero cósmicos y nutridos al mismo tiempo. Se adora al tercer sexo y se pervierten los niños con todo tipo de excrementos en computadoras. Sodoma y Gomorra han llegado al mundo industrial como al indigente y primitivo. Y todavía se preguntan porqué está cambiando tanto el clima: el planeta está en crisis y la crisis seguirá hasta que reviente con llamaradas solares, glaciares y témpanos de hielo disueltos y ballenas alocadas e inflamadas. Bush y Obama, a pesar de ser francmasones y por tanto más instruidos y privilegiados, y el también instruido y poderoso fanático fundamentalista Bin Laden se asemejan (cometen los mismos errores de siempre de quienes al nacer en cuna de oro o plata traicionan, malinterpretan y desconocen con altivez, soberbia, arrogancia e iracundia la enseñanza perenne de grandes iniciados, profetas y santos de que tanto dogmas y prejuicios como violencia criminal individual y/o estatal, premeditada y cruel no solucionan nada) y no se dan cuenta como tampoco los israelitas y mafiosos mejicanos que si no paran y dan marcha atrás 180º no habrá comida para millones de niños hambrientos en Asia, África, América, y muy pronto en Europa y Oceanía, porque todo es parte del Todo. El aire huele a metano y dióxido de carbono y azufre y no a jazmín malabar, leche y sándalo. Hay que fertilizar y sembrar y no quemar a quemarropa a quienes no piensan y sienten y no se visten como nosotros y nosotras. De lo contrario, apenas quedará un 10% de gente en un plazo cercano. Para mí la cantidad de 7.000 millones de habitantes es una clave. Oiga y vea quien pueda y quiera. La década 2011-2020 será crucial. Lo vengo pronosticando (aunque no soy infalible) hace mucho tiempo.

En vista de lo cual habrá que crear una masa crítica especialísima en la Noosfera que nos catapulte hacia la Nueva Era. Levantar desde las esquinas de la Tierra, pienso yo, hasta llegar a la altura máxima de los arqueados cinturones de Van Allen que nos protegen de la alta radiación producida por la precipitación de partículas de plasma arrojadas por el viento solar en dirección de nuestro planeta, un domo gigante, liso o decorado, semejante a las maravillas de la arquitectura mogol o mughal, persa, turca, andaluza, islámica, o en forma de bulbo o acebollado, con suficiente élan mystique –como en la Catedral de la Intercesión de la Virgen en el Montículo, más conocida como Catedral de San Basilio, en la Plaza Roja de Moscú, edificada en el Siglo XVI, cuya imagen reproduzco al inicio de esta entrada en una foto de David Crawshaw, tomada en 2004-, “mediante arcos de perfil semicircular, parabólico u ovoidal, rotados respecto de un punto central de simetría”, como dice Wikipedia, con un óculo cenital que recoja, filtre y concentre, cual ankh-en-mano, portal equinoccial y pila cuántica, la luz y la energía de innumerables soles y huecos negros, multiplicadas a la potencia n, de ciertas superavenidas interestelares preescogidas por su poder y magnificencia y proyectar una especie de sublime maná celestial que cargue y nutra iónica y celestialmente, salvaguarde, sofistique y oriente a nuestro bello pero acontecido planeta azul. Una etérica cúpula azul para la Nueva Era en ciernes dentro de pocas décadas como ya ocurrió en la Tierra varios eones atrás que delfines y ballenas deben recordar y tener aún en su memoria ancestral. ¿Sabremos hacerla? ¿Nos pondremos de acuerdo y operaremos mancomunadamente, con inspiración, alegría y ciencia? ¿Le echaremos pichón?


A ratos me parece inútil seguir escribiendo y predicando, alertando y recomendando, porque son muy pocos y muy pocas que dejan atrás las muletas y las taras y anhelan transformarse y transmutarse. Este es un mundo más, aún muy salvaje, rústico, torpe, chueco, sadomasoquista y casi, casi incorregible. En vez de avanzar a velocidad taquión prefiere ir a ciegas entre minas que explotan y misiles que portan cabezas nucleares. No entiendo, es ilógico. Por eso viene una barrida general, es inevitable. No hay forma de decirle a la gente y sobre todo a las de las naciones más pobres que la sobrepoblación mundial va a ser el gran y escandaloso harakiri que acabará de un solo plumazo con nuestra desequilibrada, desmotivada y confundida Humanidad tan inclinada a autodestruirse o inmolarse sin razón ni ton. En fin, habrá que seguir pasando la alerta y la advertencia, eso no puede ocultarse o ser pasada de alto, porque sólo la Divinidad sabe hasta qué punto cada alma en este planeta es necesaria, vital e importante para todo el vasto sobrehumano proceso celestial. No importa si hay tontos engreídos o de capirote, falsos sabelotodos, narcotraficantes, presidentes salidos del manicomio o escritores ignorados. No importa. Cada pieza es útil, cumple una función específica, es parte del Ser Supremo, y aunque alguien viva en la animalidad más abyecta y desgraciada hay aún un ápice de Chispa Divina y Eterna en su corazón. Paz a los hombres y mujeres de buena voluntad y disposición que salvarán al mundo de la oscuridad más demencial y diabólica vivida en miles de años. Paz a los artistas y deportistas que unen al mundo con tal que no se vendan por un puñado de dólares y euros. Paz a la tierra que gime.


Cinturones de Van Allen. Fuente: http://joseantoniomartin.wordpress.com