martes, 25 de mayo de 2010

Los Anticristos son muy mala paga. Ellos deliran, desordenan y confunden todo a propósito.


El chavismo, así como el castrismo, el marxismo-leninismo-stalinismo-maoísmo, el nacional-socialismo, el fascismo y todos los ismos totalitarios o capitalistas salvajes y monárquicos absolutistas y feodales, creados en estos últimos 221 años desde 1789 y quién sabe con cuántas ramificaciones terroríficas previamente y póstumamente, son plagas y malformaciones ideológicas y religiosas enviadas desde los calabozos del Infierno de la Mala Praxis para desmotivar, alienar, degradar, desnaturalizar y pulverizar a la Humanidad bajo el pretexto de la Libertad, Igualdad y Fraternidad. ¡Pobres humanos, tan fáciles de marear y acabar! ¡Tan marionetas!


Cada vez que un Anticristo asoma su cabeza mala en el horizonte suenan las alarmas

cunde el pánico

reina el desconcierto

la rotación del planeta se altera

un mes es ya demasiado

un año es para coger palco

porque la infección se generalizará

y las masas no sabrán inmunizarse y caerán como moscas rendidas por la tinta de tanto calamar.


Cada vez que un Anticristo surge del fondo de la Duat suenan las alarmas

los animales hacen todo tipo de ruidos

los nenés chillan

las madres sollozan desesperadas

los machos vergatarios pierden las bolas que se las pisaron las gandolas sin ton ni son

el viento se tira de los pelos

el agua se pone brava

la luz parece irse a otra parte

las cosas no salen bien

la pava es general

todo anda a contramarcha

reina la discordia y nadie se entiende con el otro.


¡Claro! Es imposible que el malabarista se mantenga de pie

si le quitaron la cuerda y le perforaron la red

basta con ver a la Virgen teñida de negro sarampión

para darse cuenta que hasta los relojes hicieron aguas

porque es ley lo que se estableció eones atrás

cuando los dioses y sus diosas nos visitaron en sus naves llameantes

y lo torcido no puede andar derecho

por más rituales sangrientos y calaveras que tienda por el camino de espinas

este monstruo del Averno con sus bolas al hombro

que se pisa a tientas como si estuviera huyendo igual a una hiena despavorida.


Cada vez que un Anticristo aparece hay que anestesiarlo de inmediato

y quitarle sus colmillos jurásicos

si no corromperá y pervertirá

mintiendo y sacando a la loca pitones de la boca

adormeciendo a pendejos y bobos

con su prédica malvada y loca de atar

ya que piensa hacer del blanco un negro vitriólico

que confunda y maree al más pintao’

si éste se deja cornear y torcer el pescuezo.


Ningún Anticristo está libre de culpa y paja

todos terminan igual

por más esclavos que agarren con su lazo y su fuete

por más necios que asolen e irradien

y más tarde que nunca

la Luna del Alacrán y de la Orca los agarrará con sus tenazas y su cola

y les tirará su venenoso humo blanco cacheteándolos

dejándolos tiesos como gatos sin botas

para que vean el cielo sin pupilas ni ramilletes de gladiolos

y los del Aseo del Devachán

los recojan y pongan entre cubiertos de zamuro.

No te dejes enrollar por los falsos profetas

con fauces descomunales y ojos saltones y hamponiles

semejantes a escualos tigres persiguiendo cual bucaneros a vírgenes inocentes

que sólo saben humillar y violar y se envanecen con nada que valga la pena.

La ignorancia del Tiburón Atacón es muy mala paga. Siempre saldrás perdiendo con él.

El infeliz no sabe amar y reinar con sabiduría sino orinarse sobre los demás

y jamás debió administrar y ejercer la justicia.

Pero eso quizás se lo permitiste, güevón, ¡piénsalo, piénsalo muy bien!

Solo los Cristos merecen la pena.

Ya verás que te quitarán la condena

cuando te armes de valor y te espaviles.

¡Desencadénate! Fue sólo una vil pesadilla

que te echaron encima los paleros y sus sucias paleras rameras.

Operación Perseo con todos ellos y ellas.


Cada vez que un Anticristo asoma su hocico

uno o más Cristos lo pescan y sacan del mar

vuelto un saco de vísceras y chorreras de sangre pestilente.

Siempre será así.

¡La próxima vez, avíspate!



Caracas, 24-25 de mayo del 2010


El tiburón ataca en aguas turbias y luego lo pescan. Crédito: Autor de la foto desconocido.

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