“El choque de estas partículas (electrones, protones y partículas alfa) libera una gran cantidad de energía en forma de luces con tonalidades rojas, verdes, azules y/o violetas.
Dedico este trabajo a Nikola Tesla, quien me inyectó su rayo de luz y su gran amor.
“Los colores de la aurora dependen, sobre todo, de la velocidad del viento solar como de los átomos que intervienen en dicho choque.
“Cuando el viento solar es relativamente lento, los corpúsculos que penetran en la atmósfera se quedan apenas en las capas superiores. En este caso, si la colisión se produce fundamentalmente con átomos de oxígeno a 400 km. de altura o más, la aurora resultante será rojiza. Las partículas solares más rápidas, en cambio, penetran más hondo en nuestra atmósfera. Si el choque se produce sobre todo con oxígeno molecular y a unos 150 km. sobre el nivel del mar, las formaciones visibles aparecerán de color verde amarillento.
“Por último las partículas más veloces, las que penetran hasta los 90 km. por encima de nuestras cabezas, producen brillantes auroras de colores rojo y azul cuando chocan fundamentalmente con moléculas de nitrógeno.”
Fuente: I Congreso Nacional de Aficionados de la Astronomía. Islas Canarias. Crédito: www.emezeta.com/weblog/auroral.jpg
Me parece muy significativo que este escrito sea el no. 144 del índice original en Word del Andrés Boulton Cosmic Takra Blog y lo esté escribiendo y terminando de redactar, corregir, pulir y publicar poco antes -instantes balsámicos- y en los inicios de una Luna Azul este fin de año gregoriano. Es un buen augurio. Un regalo de San Nicolás. Una ofrenda para Diana de su sacerdote Hermes-Tehuti. Aunque viene con un dejo de sombra porque habrá también un eclipse lunar parcial. Seguramente simboliza que a pesar de todo llega un cambio de ciclo para Adán Kadmon, el Nuevo Humano del Apocalipsis, el cual después de tantos sufrimientos y sinsabores milenarios verá una luz al final del serpenteado, zigzagueado túnel: un horizonte nuevo más vistoso, espectacular, reconfortante, vigoroso, articulado y prometedor que los anteriores para la Tierra y sus socios y vecinos en el espacio. ¡Aleluya! ¡A tocar triángulos, xilófonos y gongs para alejar malas vibraciones!
Luna Azul. Autor de la foto desconocido, seguramente un lunático extravagante, excéntrico, hipersensible, apuesto, viril y romántico dandy.
Oscuridad y luz previas al amanecer, que dependerán de nosotros y nosotras. No lo leí en ningun lado pero, diantre, ¿por qué no podríamos absorber e impregnarnos con sus emanaciones, fluidos, colores y dibujos abstractos y luego controlar, manejar, usar, concretar, explotar (harness, en inglés) con sabiduría, respeto y veneración las desaprovechadas, descomunales y sobrecogedoras energías provenientes de las auroras polares y sus iónicos efectos electrizantes y magnéticos a todo lo largo y ancho de las zonas ecuatoriales? ¿Por qué no? Frente a los mínimos de Maunder, Spörer, Dalton, y otros más, propongo el máximo de Takra, cuando a través de la radiación energética por ondas electromagnéticas de las auroras polares y su efectos colaterales en la banda ecuatorial aprovechemos el viento solar, el plasma, el gas, el polvo y los colores del cielo a nivel auroral para refinar, hipersensibilizar, elevar y divinizar el medio ambiente terrícola, creando exaltados modelos solares de convivencia sacados del arquetipo máximo en nuestro Sistema, el Sol. Esto que me llega –por intermedio de mi Yo Superior en Aquarius- es con el fin de que los terrícolas sepan, aprendan, que pueden y deben utilizar los infinitos recursos del cielo para progresar indefinidamente. Y así, habiendo sido ionizada, el aura o la aureola de la Tierra será más luminosa, radiante, hermosa, limpia y santa de lo que ha sido hasta el momento. Sucederá si los nuevos humanos en gestación sacan provecho de su sol (como hacen en otros sistemas solares) y sus cíclicas bendiciones o llamaradas (estoy desempolvando y expandiendo el saber oculto que el faraón Akhenâten recibió pero ahora el lenguaje utilizado es más científico y moderno). El flujo fotónico derivado del Sol haría del planeta un propulsor iónico. Lo que se está generando ahora en y alrededor del orbe es una trepidante onda-partícula-masa de elevadísimos electronvoltios, watios, centígrados y hercios en caída libre. Pero es lamentable que hayan demasiados científicos escépticos y poco místicos que no crean en el calentamiento global y los cambios climáticos y apocalípticos en marcha. Es una pena que siempre hayan personas que nieguen lo evidente. Estos hombres y mujeres de ciencia deben abrirse y permitir que la luz del cielo los atraviese, inspire y transfigure. Al Gore no será un santo pero está siendo teledirigido por los seres de Arriba le duela a quien le duela. La Tierra debe ascender y en consecuencia es imprescindible que la hale uno de los monstruos megacósmicos que Dios puso en la bóveda celeste como es el Complejo de Nubes Moleculares Gigantes de Orión, en vista de que las nubes moleculares son en esencia y por excelencia semilleros y guarderías de estrellas y civilizaciones. Ahora la Tierra deberá ser reinseminada a un grado no visto en la historia del planeta, al menos desde los primeros cultivos genéticos en la Noche de los Tiempos. No es por azar que una de las formaciones dentro de este enorme Complejo sea el Bucle de Barnard alrededor de la Nebulosa Cabeza de Caballo, también conocida como Barnard 33. El no. 33 corresponde al ápice de la estrella, la piedra filosofal, el pico de la montaña, la primera vértebra cervical, la coronilla, el çakrâ coronario, el AS. [A medida que me voy volviendo cada vez más espiritual, telepático, sensible y catalizador, en sintonía con grandes cerebros y almas cósmicas, me voy haciendo más vulnerable y pobre materialmente, como si a pesar de mis comunicaciones extraterrestres no pudiera navegar en las aguas hostiles y turbulentas de mi Venezuela y la pobreza y dificultades económicas y vivenciales de todo tipo hicieran mi vida en común con Linditi una secuencia de tormentos insoportables e interminables. No puedo más. Si esto no para y se hace justicia, no voy a poder continuar con el trabajo que me inocularon Nikola Tesla y Sigmund Freud y tener los buenos consejos que Wolfgang Amadeus Mozart y el Reis de Violeta me dieron en Quinta Castelania. Ahora bien, hay algo que aprendí que debe saberse: si pudiéramos descansar bien y suficiente, o sea, profundamente, sin alteraciones y violencias, sobre todo de noche, y evacuar todo lo necesario y así descargar la porquería acumulada horas antes, que incluyen las malas vibraciones, tendríamos más stamina o energía, resistencia, habría más creatividad, productividad, felicidad y rendición en nuestras existencias. El secreto es descansar mucho y bien, trabajar mucho y bien, amar mucho y sin egoísmo, dar mucho y sin exigir contraprestaciones, y de esta manera, individual y plenamente, ayudaríamos a quitarle tensión, mal humor, tristeza, desencanto, fealdad y pobreza al mundo. Buena parte de los malestares en nuestra sociedad se deben, en primer lugar, a la falta de conocimiento y a la inconciencia, la ignorancia, madre de todos los vicios y todos los pesares, el desequilibrio, la inestabilidad, la desarmonía, la mala etiqueta moral y cívica. En esto tienen mucha responsabilidad nuestros líderes y representantes porque, si desde chiquitos y chiquitas nos enseñaran a vivir mejor, con más sabiduría, autodominio, gracia, dulzura y ternura, a desarrollar y aumentar progresivamente nuestro cociente de inteligencia, nuestro planeta sería un paraíso, un crisol, una matriz de proyectos tan extraordinarios como inauditos que sus repercusiones llegarían a muchas zonas de la Galaxia, puesto que el objetivo final de la educación debiera ser la de proporcionar los medios para que un ser alcance o adquiera una mente cósmica. De nuevo, como anoté en una entrada anterior, el arte, el savoir-faire, como dicen los franceses, es un sine qua non para que todo fluya mejor en este mundo, potencialmente el mejor de todos los mundos celestes. S.O.S. 2/3-1-2010.]
Yo siempre he pensado que los seres humanos somos magos o brujos en potencia, nacidos del Padre-Madre de Luz Intergaláctica, Todopoderosa, Omniabarcante, Omnisciente, Paranormal, Genial, entronizado en las esferas celestes desde tiempos inmemoriales, en un fractal espacio-tiempo hiperdimensional que debiéramos conocer, experimentar, adorar. ¿Acaso no somos dioses y diosas, como dijo el Maestro Joshua y dijeron otros más de su misma confraternidad cósmica antes y después de la diana de todas las madrugadas? No veo entonces porqué nosotros no podemos humanizar y poner a trabajar el rayo del Catatumbo y cuanto rayo, centella, relámpago, lluvia de meteoritos, sol, planeta, luna, nova, supernova, nebulosa, galaxia, cúmulo y supercúmulo galáctico forman parte del vasto Universo y entran en contacto visual, auditivo, olfativo, táctil, gustoso, mental, mecánico o electrónico con nuestro individual y colectivo rayo y radio de acción. ¿Acaso no somos radiofrecuencias? ¿Emisores-receptores inalámbricos? ¿Sintetizadores de frecuencias? ¿Vocales y consonantes en acción y recreación? Si somos hijos e hijas del Ser Supremo, somos también hijos e hijas de rayos, meteoros, fenómenos celestes, luces y diapasones aurorales y crepusculares; hijos e hijas de riachuelos, valles, montes, precipicios, fallas tectónicas, lagunas y mares; hijos e hijas de eucaliptos y morichales, dunas y malecones, playas y promontorios, aves del paraíso y ciclotrones, mesas de planchar y rascacielos; hijos e hijas de vacas, bisontes, armadillos, mapanares, colibríes y osos; con la misma esencia adscrita a los pleyadianos y oriónicos como a los vástagos y vástagas de Leo, Hydra, Canes Venatici, Ursa Major. Creo pues en el ser-mago, el ser-prodigio, el ser-coloso, el ser-hada madrina, el ser-hormiga, el ser-milagro, el ser-euforia, el ser-vulva, el ser esperma, que tienen de cielo y de tierra, tanto así que no hay nada que no pueda realizar y llevar a cabo e istmo, tan sólo limitado por su ignorancia y aislamiento o su miedo ante lo desconocido y misterioso, su dogmatismo y fanatismo, su soberbia y petulancia, ¡rayos! Pero de que puede y tiene la posibilidad de ir más allá y convertirse en una divinidad la tiene por entero y desde ya. Basta que nuestra educación nos instruya desde la cuna para que hagamos realidad eso de lo sobrenatural, magnífico y fantástico al alcance de los dedos de la mano y saltemos todas las barreras khármicas que nos aprisionan. ¡Las volemos todas en miríadas de fragmentos por los aires! Menos mal que nos estamos alineando con ciertas formas y decorados del Kosmos para que hagamos realidad lo que anoté en las líneas anteriores. No me convence eso de que vinimos a pasarla mal, darnos golpes de pecho, padecer todos los años como chivos y borregos atados a un poste solitario que da vueltas sin parar, convertidos en pobres cadáveres esperando que los zamuros nos piquen, oliendo a caca, orín y descomposición, obligados a llorar amargamente durante siglos, sirviendo dócil, mansa e idióticamente a sacerdotes sanguinarios y sacerdotisas vampirescas gritando barbaridades desde la cima de sus empinadas pirámides aztecas, mayas, toltecas o circulares santuarios muiscas, rodeados por españoles histéricos y locos de perinola que apenas saben leer y escribir. ¡Basta de locuras, mentiras, prejuicios y manipulaciones! Vinimos a asumir nuestra divinidad, a ser bardos con verbos de oro, a hacer el amor con el tío Theos y la buena Micaela. Vinimos a ser soles y lunas, a desarrollar nuestros cuerpos electrónicos y áuricos, a hablar con Dios y su voluptuosa Diosa de tú a tú, a ser desbordantemente felices, colmados de gracia, sabiduría, valor, placer, delicia, amor y esencia frutal de divinos perfumes franceses. ¿Acaso no es cierto o qué? ¿No van a saltar la cuerda? ¿Manejar un Bentley? ¿Subirse a un Citation? ¿Comprar un Matisse? ¿Ir de vacaciones a Saint-Moritz? ¿Ver Sakkarah? ¿Visitar las islas griegas? ¿Atravesar las Montañas Rocallosas? ¿Bañarse en Río de Janeiro? ¿Pasear por París? ¿Subir al Acrópolis? ¿Sentarse en un banco en la ribera suiza del lago de Ginebra frente a la cadena de los Alpes? ¿Curiosear por Madras tras las huellas de algún santón extraordinario? ¿Nadar en las aguas de algún lago al norte de los Apeninos? ¿Estar al pie del Annapurna? ¿Poder hablar con los delfines en las Bahamas? ¿Trotar en Taos? ¿Vestirse en Creed o Lanvin? ¡Todo menos la cárcel, a menos que nos iluminemos como pasó con Sri Aurobindo Ghose y el Conde de Montecristo!
Pero en todo esto hay un peligro, uno muy grande, que enciende la chispa y es el símbolo de cuanto representa vida, vitalidad, acción y recreación, voluntad, fuerza, ignición y espíritu: es el fuego, otra manifestación más del rayo del cielo, y la explosión de su calor, propagación y destrucción podría ser una de las causas de que nuestra Tierra se quemara, quedara carbonizada y calcinada, si los volcanes se pusieran a vomitar lava y humos asfixiantes, los matorrales, pastos y bosques se quemaran y las plantas nucleares arrojaran y vaciaran sus elementos letales. Esto podría paralizar la venida de un nuevo mundo y sería muy lamentable que una catástrofe así tuviera lugar porque se regaría en un dos por tres y sin preaviso. Pero cuando la luz blanca batalla con la luz negra como en una guerra de titanes, eso de veras podría acontecer y dejar sin recursos a vastas porciones de nuestros hermanos y hermanas. Dios no lo quiera. Porque se demoraría la puesta en marcha de la Aurora tal como ha sido anunciada y profetizada por profetas, videntes y visionarios de antaño. En esta última curva de nuestra civilización los elementos llegarán a un clímax, una prueba de fuerza que se puede prolongar, y será necesario que el género humano sepa manejarse adecuadamente, corregir, enderezar, pensar y razonar en frío, tomar buenas y sabias decisiones a toda velocidad, no tocar más lo que le hace daño, malogra, deforma, pervierte y retrasa su accidentada evolución, algo que no ha hecho demasiadas veces porque se cansa y queda herida de muerte. En estas horas de probables escenarios no previstos es preferible que regrese a lo elemental y fundamental y se aleje de la radiactividad y los extremos, se cuide de incendios voraces y pestilencias y tenga en cuenta lo siguiente: para que pueda pasar por encima de destrozos y deshechos que sin duda encontrará en el camino debe contar con lo estricto y fundamental, transitar sobre terreno seguro, pisar duro y no lo movedizo, porque la tierra temblará y enloquecerá, el fuego que quema lo va a perseguir, el aire que tanto necesita se va a enrarecer y el agua que es su fuente de vida se hará más escasa y dejará de ser pura como quería tanto. Que se cuide del verbo incendiario, del pensamiento mordaz y poco amable, de la falta de versatilidad, elasticidad o flexibilidad y plasticidad, y recurra al ingenio de Tarzán y a la astucia de Gatubella. Si quiere sobrevivir deberá dirigirse al centro, al medio, al punto de convergencia, concurrencia, unión y fusión y allí contactar directamente, en tiempo real y cuerpo presente, a los ángeles y genios voladores que lo podrán izar hasta sus aparatos si fuere necesario y útil al resto. Veo pues Ojos Grandes y Penetrantes que lo siguen a todas partes y desean protegerlo con tal que se guarde a su vez. Que no deje de hacer sus oraciones y posturas ceremoniales y de buscarse a sí mismo para que se espabile, esté mosca y avispa, con la mente y el cuerpo en forma y la lengua domada. Si cuenta las horas que habrá permanecido vivo y presto no perderá el viaje que lo llevará de la oscuridad más grande a la claridad más resaltante. A las auroras boreales y australes, así como a los ecuadores refulgentes se viaja en silencio, concentrado, bajo radiación térmica o infrarroja y luz ultravioleta, con el corazón y la mente bajo control, para que los caníbales afuera no ataquen y nos descuarticen y devoren cual licántropos lo más sagrado en cada uno y una: nuestro espíritu alado y rosacruz que tiene de titán y de amazona. ¡Olé!
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