Luz en la Noche. Obra del Autor. Caracas. 2009.
La Verdad es la suma de todas las diferencias y el Gran Pacificador de todas las desarmonías.
Estamos en plena Kalî Yuga aunque no falta mucho para que ésta acabe pues ya pasamos la última curva y estamos por ascender en familia. A Dios gracias porque casi en todos lados, salvo en ciertos espacios milagrosos, puros y descontaminados que no son muchísimos, reina la confusión, la pelea, la corrupción, la oxidación, el materialismo rampante, la Destrucción avanza a paso de vencedores enajenados, enardecidos y superagresivos, y cada vez más hay menos y menos personas que resisten y se mantienen puros, inconmovibles, elevados, espigados, nobles, grandes e iluminados, claros en sus propósitos y metas y fieles a sus herramientas y vehículos. Todo iniciado es atacado, toda iniciada es atacada por los agachados invisibles. Es dificil tener rectitud hoy día. Las tentaciones son grandísimas y los lamentos suben de decibeles. Se puede decir que por cada espíritu de luz hay un millón de espíritus de las sombras y de la oscuridad que no toleran, aceptan y admiten una entrada de aire nueva o distinta al status quo y se obstinan en tener la razón a como dé lugar, acallar las voces de los demás y llevar su mortal creencia y doctrina, su misal fanático, dogmático y egocéntrico a todas partes, contra viento y marea, sin importar las consecuencias. Reina la incomprensión y la intolerancia por supuesto. ¿Qué camino le queda a quien no se parcializa, no se limita, no se quiere estancar? Pues el camino de la libertad, de la infinidad, del Océano, de la Montaña, donde puedan vaciar sus cursos todos los ríos, todos los afluentes, todos los arroyos, todas las nacientes y géyseres, todos los nortes de la Rosa de los Vientos. A este Grandioso Océano ilimitado pueden llegar todas las tierras, todos los volcanes, todos los lagos y saltos de agua, todos los pájaros y todos los osos, todos los niños y todas las viejas, todos los puentes y túneles, todos los tifones y las tormentas eléctricas, todos los terremotos, para saciarse, alimentarse, cargarse, lavarse y calentarse, si pasan frío, si están adoloridos, si se sienten solos, si sufren por dentro y no los quieren ni aprecian, si no los aguantan y humillan. Cuando los humanos perciban al Gran Océano Primordial de Nun, por usar un término del pasado, verán TODAS las religiones, ideologías, facciones, grupúsculos, sectarismos, movimientos y escuelas de prejuicios y sectarismos caer y precipitarse en el abismo, se reencontrarán consigo mismos, se quitarán sus vendas, gríngolas y tapaojos, se verán a sí mismos y no se reconocerán. Parecerán nuevos y serán tan increíblemente gentiles y visibles que a duras penas podrán acordarse de cuántas cosas los alienaban, los distanciaban unos de otros, cuántas fronteras y banderas los separaban unos de otros, cuántas lenguas viperinas los torcían, cuánta magia negra los perdía. Entonces reinará la Luz, la Verdad, la Democracia, el Socialismo Místico, la Bendición Apostólica de lo transparente, bueno, permeable y cristalino, para que se disemine la alegría, la hermandad y la felicidad, la ley del corazón sabio y bondadoso. Sino sobrevendrá la No-Ley, la ley del cuchillo de la selva más bárbara y retrógrada al servicio de la mediocridad, la falsedad y la arbitrariedad. Vivimos en la Era de Doña Bárbara mas no en la de Changó que de demonio no tiene nada. ¡Pobre Venezuela y pobre Humanidad! La Torre de Babel que hemos edificado erróneamente para mal de todos y todas debe derribarse sin lugar a dudas para que podamos reencontrarnos, apoyarnos, amarnos, perdonarnos, logremos descubrir al fin la Centella en medio de la noche, nos dejemoos guiar por su calor y destello y revivamos. Sólo así se acabará para siempre esta perversa y diabólica pesadilla: la Kalî Yuga rojinegra. Y le demos la vuelta a la página del Libro de la Vida en la Tierra. He dicho y no termino de quedarme asombrado y anonadado por el escandaloso grado de locura, aberración, crueldad y deshumanidad mostrados a lo largo del siglo XX por la sodicha raza humana. ¿Será mejor en este siglo XXI? Ojalá.
ADITI-HARE OM-RUDRA-HE-SARASVATÎ-AUM.
viernes, 24 de julio de 2009
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