sábado, 21 de marzo de 2009
Más sobre Al Nitak o Al Niṭāk
Long live this Hippy!
El gigante Orión y su famoso cinturón en amarillo, azul y rojo griálico o burdeos. Llamado Baculus Jacobi (El Cayado o Báculo de Jacob, el profeta Israel), Las Tres Marías, Los Tres Reyes Magos, et cétera. Original de William Tyler Olcott. Decoraciones mías.
Orión es un Axis Mundi, es el Albañil Nivelador, el Núcleo del Oráculo, el Átomo Central, el 41, el Gran Yogi hercúleo y granado de la Cosmografía y la Cronografía, alrededor del cual giran los cielos entre columnas, surgen los intercambios y las correlaciones de fuerzas, opuestas y complementarias a la vez, las de los 4 Grandes Arquitektos, que conforman una Cruz Gamada Estelar, ora dextrógira ora levógira, en el Medio del Cielo. De Manual de Kadonai: El Niño de Arriba. Orión-Osiris es el padre de Horus-Christos, quien vendrá de nuevo, el Niño Dios dentro del círculo de oro arriba de la constelación de Libra (La Balanza) en el Zodíaco de Dendarâ Ω (Punto Omega). Ver en este mismo webblog la Entrada del 5 de marzo de 2009: 65. La astrología egipcia, la primavera eterna, y las radiofrecuencias intersiderales por el OM.
Esvástika del Peregrino Estelar. El punto amarillo en el centro, en este caso, representa al Cinturón de Orión. Con el tiempo el mazo de Orión se convirtió en un bastón, cayado, báculo, cetro, mano de mando de donde resalta el dedo índice, signo real de dirección, gobierno, elevación. Este es el origen metahistórico del cetro real y faraónico de Osiris, vinculado con la constelación de Orión por razones que sólo Dios dispone por el bien de los hombres y las mujeres. Sacred Spirit. AUM. Obra del Autor. Caracas. 2007.
Por razones vibratónicas específicas que me van llegando y se van aclarando gradualmente he coloreado de amarillo incandescente, azul fuerte y rojo griálico o burdeos las tres estrellas del Cinturón de Orión. Presiento que el sol que simboliza a la Gran Pirámide de Giza (Al Niṭāk) no ha ejercido solamente una función astronómica, geodésica, arqueoastronómica, sacromágica, y sido un sabio compendio de conocimientos telúricos y astrales amasados por los atlantes y los Shemsu-Hor, sino que el Valor Phi que la califica y resume así como a otros monumentos iniciáticos tiene que ver con la meteórica supersangre azul violeta de los primerísimos extraterrestres que llegaron a la Tierra, alrededor de 37-26 millones de años atrás y cuyos descendientes, en parte, somos hoy nosotros y nosotras. Los primerísimos scouts gaseosos vinieron de Orión, Canis Major y Ursa Major, instruidos por los seres de Cygnus, Lyra y Draco, y con el tiempo, mucho después, se fueron mezclando con otras razas, densificando, materializando y carbonizando, efectuando cambios en su ADN-ARN y en la composición y teñido de su sangre angelical, para poder “bajar” y conectarse sexual, vibratoria, áuricamente con los primerísimos terrícolas y sus descendientes (hasta el sol de hoy). Tras muchos experimentos, algunos de los cuales tuvieron lugar en la Cúpula Azul, se logró crear un espécimen terrestre híbrido, adecuado, más sano, feliz y armónico, más sensible, más magnético, eléctrico, balanceado y centrado, etc, que no sólo respiraba suavemente, comía, bebía y hacía sus necesidades, sino que podía medio acordarse de sus guías celestes, aprendía a evolucionar y era práctico, ingenioso, agradecido, manso y modesto. Nuestro Carácter, Trans, Eslabón Perdido, Phian 1, tardó pero llegó finalmente y nosotros aún portamos en nuestro interior ese gen primevo, el Atlas Zep Tepi, con archivos o recuerdos del Cielo, de la Primera Tierra y la Tercera Luna, que nos cobijó, y ese bagaje tan heterogéneo no lo hemos olvidado del todo aunque hoy, a estas alturas de nuestra estadía en la Tierra, la Sociedad que nos ha tocado es tan materialista, frívola, supersticiosa, miedosa y dada a la maldad por la ignorancia y el olvido de las leyes cósmicas. Pero hasta algunos y algunas guardan ciertas “impresiones” elevadas y bastante sutiles que las usan para sobrevivir. Cuando el color original azul violeta debió transformarse los Guías o Altos Khorios optaron por recurrir a ciertas plantas, como la uva roja (también la amarilla y la verde), que abre rápidamente los canales de percepción extrasensorial y el arándano azul cuyo antioxidante deberíamos tomar más a menudo y otras plantas que van a llegar del espacio exterior cuando el planeta se limpie. que cuando se fermenta libera. Hay que leer entre líneas los mitos sobre Dioniso, Baco, Liber, Orfeo y Tláloc. Resta decir acá que sobre este tema crístico –el de la visión trascendental por medio del Vegetal- hay mucho pabilo todavía por hilar. Los misterios iniciáticos celebrados en las pirámides egipcias, sudanesas, mayas, toltecas, khmers, indias, etc, versaban todas sobre la transformación del estado profano en uno sagrado y santo y para eso se recurría al mundo de las plantas y de piedras porque es en el reino vegetal y en el mineral donde yace buena parte de nuestro vehículo alquímico y espacial. ¡Galbano y mirra con todo para que la vida brille como el oro! ¡Crisoprasa, tectita y moldavita, para que la inteligencia brille y refulja! ¡A eso venían los Tres Reyes Magos de la tradición archimilenaria! ¡A sacralizar el vehículo crístico y mesiánico en nuestro interior, en nuestro Sol Interno! Y seguirá siendo hasta que Dios quiera uno de los nortes de Orión. La Tierra no puede estar aislada de un magno proceso intersideral ya en marcha ¡y será en Uaiana y en otros lugares donde un nuevo "Uluru" germinará cuando la polaridad del planeta cambie su actual voltaje! Emerson nos ayudará ciertamente. No te fuiste en vano, hermano, tras el futuro Sol de Uaiana.
Una última cosa. Cuando se habla de eras astrológicas, como cuando se hace referencia a la próxima Era de Akuario, hay que especificar y precisar: primero, todas las eras astrológicas están bajo la influencia de dos constelaciones siempre opuestas porque todo es dinámico en la Naturaleza; es decir, la energía es bipolar, electromagnética, alterna, y así como hay un emisor también hay un receptor. En este flujo y reflujo de energías se puede invertir o revertir la polaridad del campo magnético, la corriente de las respectivas y dinámicas polaridades, cuando hace falta o cuando surge una influencia externa suficientemente aguda, poderosa y nerviosa (como una tempestad eléctrica, una lluvia de meteoritos, una explosión astral, por ejemplo) que la incline, impresione, sacuda y obligue a cambiar y alterar su polaridad. El Tantrâ lo enseña a cada momento, a todos los niveles y de mil y una maneras. Por ejemplo, el uso del incienso y los aromas en general estimulan el cerebro. Igual sucede con nuestro globo terráqueo, un cerebro macrocósmico sujeto a impresiones cósmicas de distintas categorías. La actual Era astrológica es la Era de Piscis-Virgo. La próxima –que incluso podrá llegar más pronto como he venido anunciando estos años- será la de Aquarius-Leo. Es en Aquarius donde se situará el cinético Punto Vernal, en el Cielo por ende. ¿Y Leo? Pues estará en la Tierra, será la tierra de la batería astral. Aquarius mandará, enviará la energía y frecuencia vibratoria, y Leo la recibirá y transformará para que se use. Por eso, vamos hacia una nueva Edad de Oro. Esto está previsto y es cuestión que nos pongamos las pilas y nos conscienticemos adecuadamente. Pero, claro, para que haya una Nueva Tierra será irremediable e inevitable que el Viejo Mundo se vaya de un todo porque no hay signo más radical, revolucionario, novedoso y universal que Akuario. Con “K” y todo. Un cien por ciento por un Socialismo Místico de vanguardia indudablemente. Vale.
Puerto la Cruz, 21 de marzo del 2009, celebrando hoy otro año más de Ansara-Elizabeth Titita. ¡Felicidades, mi amor!
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