Galaxia espiral Remolino. Constelación de Canes Venatici. Foto NASA.
El Signo de la Oca ha sido fundamental para que nuestra civilización perdure y avance. Nuestros hermanos los patos, gansos, ánsares y cisnes han sido y son algunos de nuestros soñados guías y protectores. ¡Honor a ellos y a Pyotr Ilyich Tchaikovsky!
Sigue un extracto de: Los Antiquísimos Orígenes de la Astrología (1994). De la obra: Los Fuegos Santos de la Revolución (1975-2002).
La Aguja Magnética de los Cielos. La Aurora Polar Universal. Los todopoderosos y omniscientes KHORIOS y sus iónicas y fecundas proyecciones: sus hijos e hijas, los maravillosos LOGOS CRUZADOS.
¿Qué fue lo que le revelaron estos seres cósmicos a los aborígenes prehistóricos que por fin habían logrado pararse y caminar más o menos derecho? Ellos afirmaron que los terrícolas habían sido macrocreados de acuerdo a un plan perfecto concebido por altos seres divinos, los inmortales Khorios, un Directorio de Grandes Maestros & Grandes Maestras de Luz Universal. Los Khorios poseían una altísima inteligencia y una elevación moral superior y habitaban en las entrañas del incandescente Universo Iod-Psi-Tau, conocido también como La Aguja Magnética de los Cielos o La Aurora Polar Universal, una vasta zona de gas y espuma lechosa, apetitosa, bella, hiperdinámica y pujante, termonuclear, pródiga, exhuberante, de una abundancia incomparable, titilante, hipersensible, radioscópica, provista al máximo de aminoácidos esenciales, iones, enzimas y átomos para la producción y mejora de la cualidad de la vida como hidrógeno, helio, carbono, nitrógeno, oxígeno, neón, además de titanio, uranio, kriptón, metano, fósforo, azufre, argón, radón, radio, cobre, actinio, amoníaco, cloruro de sodio, potasio, hierro, galio, galbano, cloro, yodo, cromo, selenio, magnesio, cinc, et cétera, ad infinitum.
Los seres cósmicos les dijeron que La Aguja Magnética de los Cielos está ubicada entre el Sol de Ras Alhague, en la constelación de Ofiuco o Serpentario (símbolo de Dominio, Alkimia, Magia, Sanación), el Sol de Altair, en la constelación del Águila (símbolo de Visión Ulterior, Objetividad, Superación, Dominio), el Sol de Deneb, en la constelación del Cisne (símbolo de Realeza, Nobleza, Elevación, Misticismo), el Sol de Vega, en la constelación de la Lira (símbolo de Matrix o Generación, Corriente Vital, Alma, Corazón), y el Sol de Ras Algethi + los Soles de Omicron, Nu y Xi Herculis, las estrellas que marcan el aura y la punta de la flecha, la mano y el buen pulso de la constelación de Hércules (símbolo de Cerebro, Poderío, Iniciación, Triunfo). Les manifestaron que algún día, cuando los humanos terrestres comiesen setas y hongos gigantes brotando de obeliskos de granito que atravesaran el cielo, todos estos Soles y sus acompañantes se comunicarían instantáneamente, en línea directa, con el Sol de nuestro sistema solar, por medio de cuerdas de arpa, violín, viola, mandolina, guitarra, sitar, sarod, bandola y laúd, excitadas por medio de cornetas, trompetas de pistón, trompas y trombones de varas y pistones, clarines, bugles, obóes, cuernos, pitos, flautas, ocarinas y clarinetes, a través del Sol Neutral de Regulus, en la constelación del León, que, gracias a Dios, no ha sido destronado y se halla felizmente sentado sobre su trono de oro, ¡precisamente a 0º de la Eclíptica! Por otra parte, añadieron que el azulado Sol de Regulus servía de vaso comunicante con el blanco Sol de Sirius, en la constelación del Can Mayor, con el ancla del Sol de Canopus, en la constelación de la Nave Argos, y con las hierogámicas Pléyades, en la constelación del gran Toro Blanco de Apis, donde reina el hierofántico y anaranjado Sol de Aldebarán, cuya irradiación ellos respetan en alto grado. ¡Olé!
También les dijeron que para consumir una Macrocreación tras otra, una macrofertilidad incesante, elaborada desde su Râkinaum, en ARA, a través de MEGAIONES de ÂKS y SUPERÂKSORES, es decir, de radioactivas macroideas, pensamientos, signos, ondas, sonidos, colores, aromas, letras, hologramas, los Khorios se sumerjían gozoza y voluntariamente en Nirvikalpasamâdhi, o "Sublime Estado del Gran Vacío", y luego en Mahâsamâdhi, o "Sublime Estado del Gran Todo", tras lo cual salían transformados y transmutados íntegramente, convertidos en Colosales Ojos Abiertos, con Brazos Extendidos y Manos Abiertas, cual Abejas Lúcidas, armados de absoluta serenidad, profunda sabiduría, tremendo poderío, infinita armonía e inefable alegría, listos y requetelistos para completar, si fuere necesario y a la vez, sopotocientas y portentosas Macrocreaciones. Dijeron que los Mâha Arhats eran su octava mayor y vivían en la esfera de Coma Berenices.
Les contaron que lo del Jardín del Edén y otros Paraísos Perdidos y lo de la Edad de Oro son Memorias-K del Inconsciente Colectivo, adherido a las capas recónditas de nuestra herencia genética a raíz del predeterminado y fantástico plan de nuestros Macrocreadores originales. Nuestra Creación había sido un experimento meticuloso llevado a cabo por geniales obstetras y físicos intergalácticos que siguieron específicas frecuencias, escalas, series y combinaciones, basadas en el Número 429.981.696, el Código IAOUE y el Radio. De acuerdo a la Astrología, nuestros Macrocreadores estarían representados por el científico de Saturno, El Alquimista, que se encuentra exaltado a 21º de Libra, y por la artista de Venus, La Ginecóloga, que tiene su domicilio en Libra. ¡Mientras que nosotros somos sus bebés de probeta fabricados en los tubos de ensayo de las estrellas por variados seres estelares fecundos y generosos! Los Maestros y las Maestras Extraterrestres de Luz Universal nos crearon para que las Leyes eternas y divinas fuesen reconocidas, aprendidas, aplicadas y admiradas aquí sobre la Tierra. Nuestros semen y óvulos fértiles llegaron del espacio con todos los aminoácidos esenciales para fabricar vida y esta vida, en principio, vino de Pavo-Lyra-Ursa Major-Coma-Orión-Argo Navis-Canis Major-Leo-Draco en súper naves amarillas, envasada en tubos de ensayo y congelada en neveras verdes, por cuanto nuestros aborígenes prehistóricos no poseían la más mínima idea o ciencia de cómo reproducirse a nivel superior y, por otra parte, no sabían de dónde salían sus huesos, huellas y auras. Esto llegaron a entenderlo por medio del arte rupestre. El hecho de visualizar y poder representar animales, paisajes, humanos (y no-humanos), les facilitó el integrarse al cosmos.
Además les contaron que nuestro caso no era el único. Que todas las galaxias, nebulosas, soles, planetas, habían sido planificadas y creadas hasta en los más mínimos detalles por las Inteligencias Cósmicas de los Khorios, para que entendiéramos cómo funcionaba el vasto Organigrama. Por ejemplo, sin la Creación del Zodíaco (el nuestro es sólo uno entre muchos y no es tampoco el más avanzado) estaríamos perdidos en el cielo, ya que nuestro Zodíaco es el Cordón Umbilical de Kar.Ëi, que nos une a nuestros Creadores y al resto del Universo. El vasto y complejo Organigrama Celeste no fue hecho al azar, sin magia, sin ton ni son, a los carajazos, aunque sí a toda máquina. Las colosales fuerzas cósmicas responsables de la Generación recaen en los sonidos, los colores, los aromas, los sabores y las sensaciones que se metamorfosearon voluntariamente en claves mágicas compuestas por movimientos y estímulos astrales, nerviosos, electromagnéticos, por ideas y pensamientos, que luego se fueron transmutando y adornando con dígitos, trazos, dibujos, consonantes sonoras o mudas, vocales con acentos o sin acentos, artículos, adjetivos, adverbios, verbos regulares, verbos irregulares, y, sobretodo, con palabras y actos vivos. Descubrir el velo que ocultaba el Lenguaje, que velaba el Verbo, que ignoraba el abráxiko Artículo, que interfería con la inspiración, la comunicación, la telepatía y la telekinesis, fue lo que finalmente activó y encendió la chispa eléktrika mental, alterando y revolucionando el proceso espiritual, generador y cósmico, porque sacó de la pasividad la Esencia Original. Así fue cómo se originó el concepto de DIOS, y luego Su rol. Y DIOS son los Dioses y las Diosas, o las Altas Potencias de la Gran Logia Intergaláktika que vela por todas Sus creaciones siendo la nuestra tan sólo una más de ellas.
En fin, así que gracias a los seres cósmicos nuestros lejanos antepasados fueron gradualmente mejorando. A través de una cuidadosa, minuciosa, aguda, paciente y persistente observación de la Naturaleza y sus fenómenos, llevada a cabo por los más venerables y perspicaces videntes-brujos-astrónomos, la primera humanidad entendió que no bastaba amar y adorar a la Naturaleza y sus fenómenos. Que también tenía que producir un sistema religioso-filosófico coherente, una organización socio-económica dinámica y justa, y unos medios de comunicación eficaces. Entender y aplicar las enseñanzas de los seres cósmicos tomó mucho tiempo. Hubo que mejorar la raza más de una vez, seleccionar, descartar y depurar, refinar las costumbres y los hábitats. Hubo que crear nuevos horizontes y cielos, para que al final pudieran coexistir más o menos armónicamente, sin demasiados roces, varias colonias de extraterrestres y comunidades terrestres, ya que había de todo, desde extraterrestres avanzados y espirituales como malucos y draculescos. Esto duró bastante "tiempo" hasta que se suscitaron violentos choques y la mayoría de los colonos extraterrestres se largaron quedando aquí unos cuantos que siguieron ayudando a evolucionar a los terrestres. La finalidad era producir un vaso comunicante, una raza intermedia inteligente. Esto se produjo más y más. Así fue cómo el trabajo sideral original no se perdió pues se creó y juntó el eslabón perdido del Cuaternario (13 Ahau--9 Muluc), una raza de criaturas homínidas más formales, sabias y perfectas que las anteriores, que podía concentrarse, centrarse, disciplinarse, memorizar, recapacitar, recrear, soñar en metáforas y alegorías, y era capaz de erguirse perpendicularmente; una raza multicolor y polifacética de híbridos, medio muñecos, medio lamelibranquios, patones y patulecos, y en algunos casos buenotes, gigantes y fornidos, como fueron los Masma del Antiguo Perú, cuyo recinto formidable de Marcahuasi, al norte de Lima, el investigador peruano Daniel Ruzo dejó constancia.
La nueva filosofía cósmica.
Emblema del Reino de Bhután. Un lugar extraordinario en la cordillera del Himalaya que espero visitar un día con Lindi-Lindi. Druk Yul, el Reino del Dragón del Trueno, ha estado en mi mente desde que lo descubrí en París, entre 1963-1965. Ahora mi interés en ir allá se ha redoblado cuando leo sobre su inspirado Gross National Happiness Program of Well-being (GNH). En español, Programa de Felicidad Interna Bruta (FIB) o Programa Nacional de Felicidad General, como prefiero llamarlo, un plan gubernamental espiritual y socioeconómico a la vez, basado en la onda budista del Vajrayana (fomentado e introducido en Bhután por Guru Rinpoché en el Siglo XVII A.D.)) que se parece a lo que vengo proponiendo hace ya una pila de años (sin eco acá en donde vivo) y el cual ha llamado mucho la atención en vista de la crisis financiera mundial que pica y se extiende. Algún día este indicador de armonía espritual-material será copiado me imagino. Hay una página en la Red que explica el pionerísimo invento bhutano: http://es.wikipedia.org/wiki/Felicidad_Interna_Bruta
La nueva filosofía que el conocimiento cada vez más profundo de la Naturaleza les deparó a los aborígenes prehistóricos fue que NO había absolutamente nada en el mundo que había sido creado en vano, o que estaba de más, que cada cosa cumplía con una función específica que coadyuvaba a mantener en armonía los diferentes reinos de la Naturaleza y que una de las misiones de los humanos consistía en velar, proteger, conservar y vitalizar el mantenimiento del ecosistema planetario y de sus alrededores. Aunque nuestro sol era importante, puesto que es la fuente de vida, calor y luz, eran los soles más distantes, que solamente pueden ser vistos y absorbidos de noche, además de los planetas, sus lunas, y nuestra propia luna, que se convirtieron en los principales focos de atención ya que sus luminiscencias no los cegaba. Su día astronómico empezaba al culminar el atardecer, a partir del ocaso, ya que a partir de ese instante ellos podían observar sus formas y radiaciones y registrar sus posiciones por medio de la piedra, el cuero, la madera, la arcilla, el mosaico, el papel, el metal, et cétera. De ese modo, se relacionaron con una imagen perceptible del firmamento, de la cual se sentían hijos y herederos.
Para los Antiguos, la luz del día era igual a Mâyâ: una ilusión, un espejismo, un mundo de sombras luminosas. Veneraban a la luna cuando se llenaba. Cuando ésta aparecía en el horizonte oriental, al final de la tarde, ellos consideraban que había llegado el lapso de tiempo más embrujador, mágico, potente y emotivo del mes. Lo festejaban usualmente alrededor de obeliskos, menhires o crómlechs, por ser éstos signos de fertilidad espacial, o frente a pirámides escalonadas o pirámides cónicas, por ser éstas escaleras al Cielo, ejecutando rituales sagrados muchos de ellos provenientes de la noche de los Tiempos, con cantos, danzas y acrobacias, con instrumentos musicales que simulaban los ruidos de la Naturaleza, repitiendo al unísono vocales, palabras, frases y sonidos, empleando ciertos gestos preestablecidos y orquestados, así como correlaciones coreográficas de específicos símbolos y figuras geométricas, como el dodecagrama, el eneagrama, el hexagrama, el pentagrama, el cuadrado, el rombo, el triángulo equilátero o isósceles, la cruz, la rueda; incluyendo la utilización de pasteles y brebajes compuestos de hongos, setas, pétalos de flores, tubérculos, hierbas, raíces, resinas, frutas, aceites, gemas pulverizadas, extractos aromáticos de flores, maderas, huevos y médulas; y añadiéndole a este "pasapalo" religioso variados oráculos, interpretaciones de sueños, conjuros y hechizos, conjuntos de bufones, actores, malabaristas, gimnastas y juglares, que creaba una especie circo sagrado, una teofanía o misa purpúrea, como la que llevaron los ibéricos y fenicios a América, gracias al sincretismo de Ix, el Gran Iniciado oriental que se acordó de su orígen sidéreo y su conexión con Ik-Kur, el majestuoso Titán, Gran Khan o Hun.ab.ku de una de las Estrellas Polares -las Magiares-, en este caso, de Ursa Major.
domingo, 7 de diciembre de 2008
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